El Consejo de Seguridad (CS) de la ONU nunca aprobará acciones de
fuerza contra Siria, afirmó este martes el ministro del Exterior
ruso, Serguei Lavrov, quien también se opuso a un cambio de gobierno
forzado en el estado levantino.
Al responder una pregunta en Sydney, Australia, sobre si la
alternativa seria bombardear en caso de una negativa de la oposición
a sentarse a negociar, Lavrov respondió: ya pasamos por eso, reporta
Prensa Latina.
Esa acción nunca la aprobará este CS, se los puedo asegurar,
remarcó.
Nunca hemos dicho que la conservación del poder por el presidente
sirio, Bashar Al Asssd, es una precondición para solucionar la
crisis. El pueblo es el que debe decidir si debe irse o quedarse,
aclaró.
Lavrov, citado aquí por la prensa, señaló que la política de su
gobierno esta lejos de exigir la renuncia de un estadista.
Al mismo tiempo, indicó que su país está en contra de convocar a
un diálogo interno en Siria con ausencia de parte de los
interesados.
Lamentamos, además, que algunos elementos relacionados con la
crisis siria azucen desde afuera la confrontación en el estado
mesoriental. Tal práctica es incorrecta y no conducirá a nada bueno,
consideró Lavrov, en clara alusión a algunas naciones occidentales.
Asimismo, el vicepresidente del comité de Asuntos Internacionales
de la Duma (cámara baja rusa), Konstantin Kosachov, afirmó que
Occidente, con sus sanciones unilaterales, busca destruir la imagen
de Al Assad, al causar penurias a la población siria.
La idea es afirmar que con el actual mandatario del país
levantino no existe futuro alguno y con él es innecesario emprender
un diálogo, denunció Kosachov, según el canal Russia Today.
El diputado aclaró que la posición de Rusia en el caso de Siria
responde a la necesidad de actuar en el marco del respeto a normas
internacionales. Nadie tiene derecho a decidir la legitimidad de un
gobierno, pues ello es un asunto exclusivo del pueblo sirio,
subrayó.
Un nuevo proyecto de resolución del CS de la ONU, presentado por
naciones occidentales y árabes, demanda la salida del poder de Al
Assad y amenaza con aplicar medidas más drásticas en caso de que
incumpla con los términos del referido documento.
La Cancillería rusa denunció que con esa resolución se abriría
una nueva puerta a una intervención al estilo de Libia, bombardeada
por la Organización del Tratado del Atlántico Norte desde marzo
hasta octubre del pasado año, con saldo de cientos de civiles
muertos.