Debates de las cuatro comisiones de la Primera
Conferencia Nacional Muchas
aristas en la política y la ideología
Yaima
Puig Meneses y Marina
Menéndez Quintero
Diálogo
para la horizontalidad y la persuasión, la importancia del ejemplo,
no discriminación, responsabilidad informativa compartida y
manifestaciones culturales que contribuyan a erradicar la
chabacanería, fueron algunas de las ideas que más intercambio
provocaron durante los ricos debates de la Comisión Dos de la
Primera Conferencia Nacional del Partido, dedicada a su trabajo
político e ideológico.
Entre los asuntos esenciales ratificados descollaron el
fortalecimiento de la unidad nacional en torno al Partido y la
Revolución, para lo cual es imprescindible estrechar el vínculo
permanente con las masas y fortalecer el trabajo político e
ideológico persona a persona, con formas creativas, así como
acrecentar la participación consciente, protagónica y transformadora
del pueblo en la implementación de los Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución.
De esta forma se plasmó en el Dictamen Final, luego de que la
Comisión abordara, entre otros temas relevantes, el carácter ético y
productivo del trabajo como forma de contribución consciente a la
sociedad y la importancia del ahorro hoy como fuente de ingresos; el
enfrentamiento a los prejuicios y conductas discriminatorias para
garantizar la unidad de todos los patriotas; la consolidación de la
política cultural, así como los modos que permitirán a nuestros
medios de comunicación desempeñar con más eficacia su rol.
La horizontalidad que representa el diálogo y la posibilidad de
escuchar y persuadir que entraña, como apuntó la invitada Mariela
Castro, fue uno de los aspectos debatidos al abordarse la labor
política e ideológica, junto a la valoración de que mediante el
mismo puede articularse mejor la relación con los jóvenes, quienes a
veces no se identifican con los códigos en los cuales les hablamos,
ejemplificó un delegado.
Sin embargo, el trabajo político-ideológico constituye un
concepto que, apuntaron otros, implica un conjunto de acciones. La
trascendencia del ejemplo personal en esa labor por parte de quien
la promueve es una arista esencial para "arrastrar" a las masas,
señaló la delegada María del Carmen Concepción. Todo lo que se haga
a favor de la Revolución es válido en ese sentido, argumentó Miguel
Díaz-Canel, miembro de la presidencia de la Comisión, en tanto el
delegado Abel Prieto terciaba sobre la importancia, también, del
debate. Igualmente, se recordó en este análisis que el diálogo no
solo implica el encuentro "tú a tú" sino, además, el intercambio con
las instituciones.
Precisamente, el Capítulo II del Documento Base de la Conferencia
consigna el propósito del Partido de desarrollar la labor política e
ideológica de manera creativa, diferenciada, personalizada y
continua, a partir de conocer y atender las especificidades de cada
lugar, con la utilización de métodos, formas y vías de comunicación
más diversas y eficaces.
Objeto de análisis fue también la implementación de la labor
político-ideológica,
preocupación planteada por el delegado Marino Murillo Jorge,
quien destacó la importancia de instrumentarla adecuadamente en
medio de las transformaciones que se están haciendo en la economía
cubana. Murillo recordó dos principios contenidos en la resolución
aprobada al efecto por el VI Congreso del Partido que resultan
importantes en ese derrotero: que nadie quedará desamparado, y el
hecho de que los Lineamientos son la expresión de la voluntad del
pueblo —contenida en esa política—, de actualizar nuestro modelo
económico sin permitir la reversibilidad del socialismo.
Al aprobarse el objetivo de impulsar la participación consciente
del pueblo en la implementación de los Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución porque en ellos
descansa la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social,
Murillo expresó que un asunto medular es cómo hacerlo.
En ello está la esencia, puntualizó Esteban Lazo Hernández,
también en la presidencia de la Comisión, quien sentenció que se
trata de elevar el papel del Partido en función de la economía y el
desarrollo del país.
SOBRE LOS TRABAJADORES POR CUENTA PROPIA
El Partido tiene el deber de atender a los trabajadores por
cuenta propia, aseveró en otro momento de los debates la delegada
Mercedes López Acea, quien dio cuenta de la existencia, solo en la
capital del país, de 94 989 de ellos. Esa cifra grafica lo q
ue su labor puede contribuir a incrementar los bienes y servicios
a la población, permitiendo, a su vez, que el Estado se concentre en
actividades estratégicas. Eso, dijo, deja claro que el aporte de
esos trabajadores es necesario e importante, apuntó López Acea,
quien afirmó que el trabajo del Partido hacia ellos será mejor en la
medida en que se tenga mayor intercambio con ese sector, por lo que
hay que escucharlos y brindarles argumentos sobre la relevancia de
su misión.
Si logramos sumarlos al cumplimiento estricto del deber cada día
de manera consciente y modesta, si los reconocemos cuando las cosas
salen bien y si les argumentamos por qué tienen que cumplir sus
obligaciones con el Estado, los estaremos respetando también como
cubanos, sentenció.
Las abismales diferencias que separan a esos ciudadanos de los
que son esquilmados en el sistema capitalista fueron explicadas por
varios compañeros cuando el delegado Ángel Bueno, trabajador por
cuenta propia y militante en el capitalino municipio de Marianao,
manifestó su preocupación de que esa manera de laborar esté
vulnerando la letra de la Constitución, que prohíbe "la explotación
del hombre por el hombre".
La interrogante, considerada legítima, fue esclarecida por
Caridad Diego, igualmente en la presidencia de la Comisión, quien
recordó que el artículo 14 de la Carta Magna establece la propiedad
del Estado sobre los medios fundamentales de producción, por lo cual
las nuevas medidas introducidas en el modelo económico cubano no
están en confrontación con ella, independientemente de que la
contratación de un trabajador por cuenta propia no le quita sus
derechos. Contratarlo y usar su fuerza laboral no significa que se
le explote, apuntó.
Él se beneficia también de los servicios de salud y educación y
de la cultura, entre otros derechos que disfrutan todos los cubanos:
eso solo es posible en una sociedad socialista, puntualizó otro
delegado.
Por su parte, Marino Murillo explicó que la redistribución en la
sociedad del valor que se crea mediante estas nuevas formas de
gestión también las diferencia de lo que sucede con el trabajador en
el capitalismo.
No obstante, el surgimiento de esta nueva modalidad de labor
demandará cambios en el Código cubano del Trabajo y no se descarta
la posibilidad de que, este y otros asuntos, también impliquen
transformaciones en nuestra Constitución, más adelante.
Inclusión
y transparencia
En los debates también se hizo especial énfasis en los avances
durante estos años de Revolución para lograr fórmulas inclusivas de
todos aquellos que quieren construir la Revolución, sin importar sus
creencias religiosas, orientación sexual, raza, género u otros como
la identidad de género, concepto cuya inclusión en el objetivo sobre
el tema fue sugerida por Mariela Castro, y que el Dictamen Final
recomendó tomar en cuenta durante el proceso de implementación de lo
acordado por la Conferencia.
En torno a este tema, el delegado Miguel Barnet recordó que el
socialismo está reñido con cualquier tipo de discriminación, al
tiempo que evocó las palabras de Fidel en la carta dirigida al
Congreso de la UNEAC de que todo lo que fortalezca éticamente a la
Revolución es bueno, y todo lo que la debilite es malo.
De igual forma, Eusebio Leal reconoció los avances de nuestra
Revolución en cuanto a la inclusión de todos los ciudadanos en su
construcción, para lo que hemos tenido que enfrentar prejuicios y
conductas discriminatorias.
Más adelante, Abel Prieto destacó la importancia del objetivo que
estipula el desarrollo de la crítica artística y literaria, franca y
abierta, con énfasis en las insuficiencias y virtudes de la obra
cultural, de manera que contribuya a elevar su calidad, preservar
nuestra identidad y respetar las tradiciones.
En este sentido, el invitado Danilo Sirio señaló la
responsabilidad de nuestros medios de promover temas balanceados y
sin chabacanería que realmente contribuyan a elevar la cultura de
nuestro pueblo. Para ello se requiere que todos trabajemos con
verdadera exigencia, puntualizó.
Al abordar lo referido a nuestra prensa, la delegada Bárbara
Betancourt destacó la responsabilidad de esta, pero también de las
fuentes de información para poder suprimir los actuales vacíos, que
impiden a la población recibir un mayor flujo de noticias sobre
nuestra cotidianidad y problemas internos.
Por su parte, el invitado Lázaro Barredo recordó que este es un
problema que incumbe a la sociedad en su conjunto, pues la prensa no
puede reflejar otra sociedad que no sea la nuestra, y recordó que
ella constituye uno de los instrumentos esenciales para implementar
la política del Partido, algo que, consideró, no siempre se ha
comprendido suficientemente.
Una de las causas es que esta política no ha sido asumida como
tal por el propio Partido y, por consiguiente, nos hemos encontrado
con problemas de autocensura e incapacidad de nuestros medios para
reflejar fenómenos, pero también de las fuentes, que no siempre
permiten el acceso a la información oportuna y precisa.
La ausencia de rostros públicos entre los funcionarios, pero
también de insuficiencias de muchos periodistas, fueron citadas por
Barredo entre los factores que dificultan que la información sea
patrimonio de la nación.
Sobre el tema, el delegado Rolando Alfonso Borges destacó que si
en algo hace falta un cambio de mentalidad real acompañado de
acciones concretas y bien definidas, es en el trabajo de la prensa,
para lograr que ella cumpla con su verdadero papel en la sociedad.
Abel Falcón, delegado por la provincia de Villa Clara, transmitió
la preocupación de muchos periodistas acerca de la necesidad de que
se evalúe la creación de un instrumento jurídico para facilitar el
cumplimiento de la política informativa.
Al respecto, el Dictamen Final de la Comisión recogió la
necesidad de exigir, tanto de la prensa como de las fuentes, el
cumplimiento de sus respectivas tareas para que el periodismo cubano
sea más objetivo, oportuno, sistemático y transparente.
Participaron en los debates de esta Comisión 219 delegados,
además de 30 invitados.
Durante sus sesiones el sábado 28 de enero en el Palacio de
Convenciones de La Habana, se realizaron en la Comisión Dos 54
intervenciones en torno a los contenidos recogidos en los 33
objetivos que analizó, y se hicieron modificaciones en nueve de
ellos, según recogió el Dictamen Final. |