Tal suspensión la anunció el secretario general de la LA, Nabil
al-Arabi, quien partió de El Cairo con destino a Nueva York para
obtener apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al plan
árabe para Siria.
"Está claro que el informe de los observadores no satisfizo, por
su objetividad, a algunos países en la LA; por reconocer y
documentar la presencia de grupos armados que atacan a civiles,
militares, a instituciones privadas y públicas, y a objetivos
económicos como gasoductos y oleoductos", señaló un portavoz del
gobierno sirio.
Citado por la agencia de noticias SANA, el vocero de la
Cancillería denunció que la decisión de Al-Arabi es un rejuego "en
preparación para la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU
prevista para el martes próximo".
Con ello persiguen —recalcó— ejercer un impacto negativo y
presionar las discusiones con la intención de llamar a la
interferencia extranjera en los asuntos internos sirios, "e incitar
a más violencia contra los ciudadanos por las bandas armadas",
repudió.
La Cancillería enfatizó que Siria aún está comprometida con
garantizar el éxito de la misión observadora, y brindar la
protección necesaria a sus miembros, acorde con el protocolo y el
acuerdo firmado con la LA.
Por su parte, Rusia criticó también la decisión de la LA. El
ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, abogó por un
mayor número de observadores internacionales en Siria y no su
reducción o revocación, indica Notimex.