El general sudanés Mohammad al-Dabi, jefe de los observadores
árabes en Siria, desmintió declaraciones hostiles al gobierno de
Damasco de un miembro del grupo a un canal satelital, quien después
abandonó el equipo.
En una declaración a la prensa, que circula hoy, al-Dabi asevera
que lo dicho por el argelino Anwar Malek a al-Jazeera es
completamente falso, y le imputó que cometió perjurio.
Desde que fue asignado al equipo observador en Homs -relata el
general sudanés- Malek no salió de su hotel durante una semana, y no
participó en ninguna de las visitas de terreno realizadas por sus
homólogos en localidades de esa provincia, con el pretexto de que se
encontraba enfermo.
Ya desde la pasada semana, la televisora al-Jazeera comenzó a
utilizar a Malek en su propaganda anti-siria. Lo primero que propaló
fue que las autoridades le habían robado y después bloqueado el
celular, lo cual el propio inspector tuvo que negar.
La misión observadora en Siria se encuentra bajo fuertes
presiones para que sus informes no se opongan o, al menos, no se
distancien del guión trazado por los centros de poder de Occidente y
sus aliados árabes en la campaña anti-siria.
Al-Dabi explicó que un día antes de salir de Damasco, Malek
solicitó que le permitieran viajar a París para someterse a
tratamiento y se le aceptó su petición; sin embargo, viajó antes de
que se adoptaran las medidas requeridas para el viaje y sin cumplir
con la confianza que se le ofreció para participar en la misión a
Homs.
El general sudanés recalca en su comunicado que Malek cometió
perjurio y es responsable de lo que dijo, lo cual no corresponde con
la postura, ni la visión que tienen sus colegas que laboran en Homs,
ni de la jefatura del equipo observador.
Según al-Jazeera, Malek ya en París expresó que esta misión es
una farsa, que beneficia al gobierno sirio y que las autoridades la
manipulan y no cooperan ni brindan facilidades para el trabajo, lo
cual está en sintonía con la retórica de los adversarios de Damasco.
Al-Dabi reitera su llamado a todos los medios a investigar con
exactitud antes de emitir juicios y difundir reportajes, y adherirse
a la realidad y ser objetivos.
Por otro lado, el jefe de la Oficina de Operaciones de la Misión
Observadora, Adnan al-Khudhir confirmó que los veedores prosiguen su
trabajo sin dificultad en las áreas asignadas, y que continuarán su
labor hasta el 19 de diciembre, tal como se acordó en el protocolo
firmado entre el gobierno sirio y la Liga Árabe (LA).
En una declaración en su sede en El Cairo, Egipto, al-Khudhir
indicó que un grupo de países árabes y organizaciones civiles de la
región han pedido sumarse a la misión en Siria, pero no ha recibido
solicitud de más personal por parte del general Mohammad al-Dabi,
jefe de la misma.
Recordó que el número de inspectores sobre el terreno es ahora de
161, y que está listo otro grupo para viajar si le fuera solicitado,
al tiempo que desmintió que la ONU estuviera asesorando o
adiestrando a nuevos observadores para ser enviados a Siria.
Al-Khudhir desmintió la retirada de inspectores, y refirió que un
miembro argelino de la misión pidió abandonarla por razones de
salud, así como otro sudanés por motivos personales.
Sobre el trabajo de estos monitores, el funcionario aclaró que se
debe coordinar con el gobierno sirio, acorde con el protocolo
rubricado para escoger las áreas a visitar, y añadió que las
autoridades expresaron su compromiso con la protección de los
veedores.
El trabajo de protección, sin embargo, resulta tarea muy compleja
y difícil, como demostró el ataque con granadas propulsadas desde
lejos por un grupo armado contra una delegación de periodistas
extranjeros que visitaba el barrio Ekrima de la ciudad de Homs el
pasado miércoles.
El ataque terrorista, pese a la protección que tenían, resultó en
la muerte del periodista francés Gilles Jacquier y la de ocho
ciudadanos sirios, más heridas a otras 25 personas, entre ellas tres
miembros del grupo de prensa, incluyendo dos reporteros belgas, uno
de ellos en estado muy crítico. Esas bandas armadas, en las que
participan un gran número de mercenarios reclutados entre
organizaciones islamitas extremistas en países de la región, tienen
muy buen entrenamiento e instrucción, además de apoyarse en
comunicación de inteligencia, señalan expertos en esa materia.
El canciller de Argelia, Mourad Medelci, afirmó la víspera que el
gobierno sirio ha dado pasos para disipar la crisis, pero la Liga
Árabe afronta problemas con los grupos armados que operan en el
país.
En una rueda de prensa en la ONU, Medelci relató que Damasco
retiró como se le pidió a las fuerzas armadas de las localidades que
afrontan problemas con la violencia terrorista, excarceló a miles de
detenidos y ha propiciado una apertura a la prensa, informó PL.