El
ministro sirio de Información, Adnan Hassan Mahmoud, condenó hoy el
ataque terrorista contra periodistas extranjeros en la ciudad de
Homs, donde pereció el reportero Gilles Jacquier del canal 2 de la
televisión estatal francesa.
Por esa acción, ocurrida el pasado miércoles, murieron además
otros ciudadanos sirios y resultaron heridos 25, entre estos varios
de los miembros de la delegación.
Un periodista belga aparece registrado en estado grave, con
diagnóstico reservado sobre sus posibilidades de vida, en tanto otro
de la misma nacionalidad también está lesionado.
El asistente técnico de Jacquier resultó afectado en menor grado.
Ghassan Abdel al-Al, gobernador de la provincia de Homs, la mayor
de Siria, formó un comité especial para investigar los hechos,
evidencias y circunstancias del ataque.
Integran ese panel un juez, el director del Departamento de
Seguridad Criminal de la ciudad de Homs, dos expertos en armamento y
un representante del canal 2 francés. A la Embajada francesa en
Damasco las autoridades le han aportado toda la información hasta
ahora disponible.
Pese a la gravedad del hecho, el Gobierno de Francia, uno de los
principales instigadores de la hostilidad contra Siria, no condenó
sin embargo el ataque en el que pereció uno de sus súbditos, y se
limitó en cambio a exigir una investigación, notaron analistas
políticos.
La delegación de prensa se encontraba tomando imágenes y
fotografías en el barrio Ekrima, zona severamente dañada por los
ataques de las bandas armadas, y cuando se disponía a cubrir una
manifestación a favor del gobierno, fue blanco de la explosión de
granadas propulsadas.
Integraban el grupo 11 personas, un equipo de tres del canal 2
francés, cinco de la VRT TV de Bélgica y dos de la revista suiza
Hebido. Además, los acompañaban como traductores y guías un sirio y
dos ciudadanos libaneses.
Un segundo grupo de periodistas de otras nacionalidades también
se encontraba en el lugar, pero a reclamos del responsable del
equipo del servicio estadounidense CNN de regresar de inmediato a
Damasco, partió a escasos cuatro minutos del ataque, según relató a
Prensa Latina el guía que los acompañaba.
Antes de ir a Ekrima, las dos delegaciones de prensa visitaron el
hospital militar local, donde entrevistaron a efectivos heridos que
son allí atendidos, y a continuación estuvieron en un centro
asistencial privado.
"Con este cobarde acto persiguen silenciar las voces,
distorsionar la realidad y la violencia terrorista que hoy afronta
el pueblo sirio, para que la opinión pública no sepa lo que
realmente acontece en Siria", manifestó Mahmoud.
"Este ataque no impedirá que continuemos nuestra cooperación con
diversos medios de prensa para presentar al mundo la imagen real de
los sucesos en el país", recalcó el ministro de Información.
Mahmoud expresó que el ataque en Efrima refleja la escalada
terrorista de los grupos armados contra ciudadanos y propiedades
públicas y privadas.
En los últimos días se han reportado los asesinatos de maestros,
ingenieros, médicos, y el pasado día 2 falleció de un disparo en la
cabeza el periodista sirio Shukri Abu al-Burghol, editor y
articulista del diario al-Thawra.
Al-Burghol se encontraba en su casa en Darayya, Damasco Campo,
preparando un resumen semanal para Radio de Damasco, cuando fue
herido de bala por un grupo armado terrorista.
El titular recordó que su dependencia en conjunto con la
cancillería han concedido visas y licencias de trabajo a periodistas
de 146 medios árabes y de otros países desde diciembre, a fin de que
puedan observar y divulgar los acontecimientos en el país con la
esperanza de que transmitan la realidad nacional de forma objetiva y
creíble.
El ministro Mahmoud reiteró la determinación del gobierno del
presidente Bashar al-Assad de llevar adelante el proceso de reformas
y combatir con firmeza el terrorismo a fin de restaurar la
estabilidad y la seguridad.
Por su parte, el presidente de la Unión de Periodistas Sirios,
Elias Murad, denunció que la campaña mediática contra el país y la
imagen tergiversada que propalan medios árabes y occidentales están
dirigidas a distorsionar la realidad y a desacreditar a la sociedad
siria y sus instituciones, especialmente al Ejército y las fuerzas
de seguridad.