Emigración africana y latina

Roberto Torres Collazo

Desde los tiempos en que las naciones africanas fueron colonias de Francia, Bélgica, el Reino Unido y España comenzaron las emigraciones hacia el continente europeo. El colonialismo representó el despojo y saqueo de los pueblos africanos, acompañado de una secuela de conflictos armados de resistencia contra los ejércitos europeos.

El despojo y saqueo de los recursos africanos fueron tales que todavía hoy tienen que emigrar cientos de miles de africanos hacia Europa, especialmente desde Marruecos, cruzando el estrecho de Gibraltar para llegar a España y de aquí a otros países europeos. Como acertadamente declarara el especialista en inmigración Mohamed Ali en una reciente entrevista de Jorge Gestoso en Telesur: "Van a buscar lo que les pertenece". "Los europeos fueron piratas, tomaron todo y se fueron", apuntó Ali. Algunos estimados indican que aproximadamente un millón anualmente emigra desde diversas naciones africanas.

Muchos mueren de sed en los desiertos, los que logran sobrevivir y llegar a las costas de España tienen que pagar a los "traficantes de carne humana", como les dicen, para pagar el viaje que costeó un pariente en Europa. En el camino del Estrecho de Gibraltar salen de Marruecos embarcaciones frágiles y repletas de africanos, muchos pierden la vida en el intento. Otros se arriesgan por el mar Mediterráneo. Llegan sin papeles, desnutridos y harapientos.

Una vez que logran establecerse en Europa, son discriminados por ser negros. Si trabajan, lo hacen en la agricultura en pésimas condiciones. No gozan de beneficios en sus trabajos. Debido al estereotipo contra el Islam, religión a la cual pertenecen muchos, son mirados como potenciales terroristas. Lo que hacen los gobiernos europeos como España, Italia e Inglaterra ,es enviarlos de país en país. No hay un gobierno compasivo que los reciba con las puertas abiertas, debido a que al ser tan grandes las olas emigratorias, no les queda otro remedio que darles migajas.

Es muy común que los africanos antes de llegar a Europa tengan la idea de que van al paraíso, como les ha ocurrido a muchos latinos que emigraron hacia Estados Unidos, pero rápidamente descubren que no es así. No encuentran trabajo, sin tarjeta de identidad son criminalizados por las leyes, discriminados por la sociedad, viven en una especie de esclavitud moderna. Buscan un trabajo decente para sobrevivir y ayudar a sus familias en África. En pocas palabras, como vemos la emigración africana hacia Europa tiene muchas similitudes con la emigración latinoamericana y caribeña hacia Estados Unidos.

Lo descarado de todo esto es que esos gobiernos europeos se autodenominan democráticos, sí, democráticos para adentro, pero no para los de afuera. La democracia implica respeto para todos los seres humanos, incluidos los emigrantes que llegan a sus países. Los nacionalistas extremistas, tanto en Estados Unidos como en Europa, dicen que la ley es la ley. Ese argumento es totalmente erróneo, porque siempre ha habido y hay, leyes justas e injustas. Hitler en la Alemania nazi promulgó leyes injustas asesinando a seis millones de judíos, aunque también a muchos musulmanes, homosexuales, comunistas y a otros extranjeros. Hubo leyes injustas hace tan solo 61 años cuando la segregación racial en Estados Unidos. Hoy ¡ni mencionar las leyes injustas aprobadas en muchos Estados contra los inmigrantes!

Por otro lado, para hacer la lucha más efectiva y lograr que se les haga justicia a los indocumentados, hace falta lograr un sólido movimiento nacional, no muchas organizaciones, que sea capaz de movilizar unificadamente a los emigrantes indocumentados y documentados. Un movimiento que sea capaz de estrechar lazos de trabajo con los emigrantes en el mundo. (Tomado de Adital)

 

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