GUANTÁNAMO.—
Ni siquiera su inclusión como segunda base titular en el equipo Cuba
que asistió en 1969 al Mundial de Santo Domingo, en República
Dominicana, marcó tanto la vida deportiva de Andrés Pilotaje
Telemaco como el 14 de enero de 1962, cuando Fidel inauguró en el
hoy Latinoamericano la Primera Serie Nacional de Béisbol y se puso
fin a la pelota rentada en nuestro país.
"Ese acontecimiento fue lo más grande que me pasó como atleta y
persona. Imagínate, yo provenía de los pitenes de barrio, de clubes
locales como Los Vaqueros, estar junto a Fidel escuchando las
razones de la instauración del béisbol aficionado, sus consejos y
hasta verlo conectar jit al batear la primera bola", rememora quien
fuera el único pelotero de la actual provincia de Guantánamo
presente en esa Serie.
"No pocas personas —evoca Telemaco— pensaron que sin el
profesionalismo el béisbol cubano se perdería. Fidel nos demostró lo
contrario y, junto al pueblo, convirtió al deporte amateur en una de
las principales conquistas de la Revolución. Él confió en nosotros y
no lo hicimos quedar mal, como lo demuestran los triunfos de la
pelota cubana en la arena internacional".
Los candidatos a integrar el equipo Orientales fuimos muchos, por
eso enfrentamos una rigurosa selección, cuenta el entrevistado, y
aclara que en esa Primera Serie defendió la tercera base y no la
segunda, donde brilló más tarde.
"Pedro ‘Natilla’ Jiménez, el director, me pidió que jugara
tercera, pues era la posición del cuadro en que estábamos flojos. En
los equipos de base ocupé preferentemente el campo corto y también
había lanzado. Antes los peloteros eran más versátiles, menos
especializados en una posición".
El Tele (como cariñosamente aún muchos le llaman) es recordado
por su pívot sui géneris en la segunda almohada. "Yo jugaba con un
guante bien abierto, lo que me facilitaba retener poco la pelota y
ganar fracciones de segundo en el doble play. Soltaba la bola con un
giro de la muñeca desde la altura de la cintura, así impedía que el
corredor que venía de primera se tirara hacia mí buscando romper la
doble matanza. De hacerlo se arriesgaba a ser golpeado por la
pelota", comenta este exjugador de 13 Series Nacionales, víctima en
los últimos años de su carrera deportiva de dos graves lesiones, una
de ellas por rotura de un tendón de su muslo derecho que requirió 40
puntos de sutura.
Andrés Pilotaje Telemaco integró junto con Agustín Arias una de
las mejores combinaciones de la pelota revolucionaria alrededor del
segundo cojín. Esa compenetración la resume de la siguiente manera:
"Con nosotros nunca se cerraba el cuadro, porque era seguro el doble
play o el out en home, gracias a la potencia de nuestros brazos y la
seguridad en el fildeo".
Rápido, con sus seis pies de estatura, elegante en el vestir
deportivo y de lustrosos spikes, Andrés Telemaco asegura que salía
al terreno a derrochar amor por su uniforme, por el buen
espectáculo. "Yo disfrutaba cada encuentro. Esa manera de jugar hizo
que muchas personas fueran a los estadios a verme, lo que me
estimulaba a entrenar para hacer mejor las cosas. Fue Fidel quien
nos inculcó esa pasión por el deporte y también el patriotismo".
Medio siglo de béisbol
revolucionario