WASHINGTON, 23 diciembre.— La baja natalidad en Estados Unidos
parece ser otra consecuencia de la crisis económica, pues el ritmo
de crecimiento de la población resulta hoy el más lento desde el fin
de la Segunda Guerra Mundial.
De abril de 2010 a julio de 2011, la población estadounidense
aumentó en cerca de 2,8 millones, lo cual elevó el número de
habitantes a 311,6 millones, indicó la Oficina del Censo.
Eso significa un indicador de crecimiento de solo 0,9 por ciento,
el menor registrado desde 1945, destacó el sitio gubernamental All
Gov.com.
Una disminución de los nacimientos y menos personas que emigran
al país redundó en un crecimiento más lento de la población, señaló.
Según cifras oficiales, en ese período la nación recibió unos 703
mil inmigrantes, la cifra más pequeña desde 1991.
De 2007 a 2010 se registró una baja de un 7,3 por ciento en el
número de alumbramientos, y solo en el último año se reportaron poco
más de cuatro millones de nacimientos, el número más reducido desde
1999, agregó la publicación.
Sólo cinco estados representaron la mitad del crecimiento de la
población de la nación: Texas, California, Florida, Georgia y
Carolina del Norte; mientras que Rhode Island, Michigan y Maine,
perdieron gentes, agregó la fuente.
Analistas estiman que las crisis económicas tienden a deprimir el
número de nacimientos, como ocurrió durante la llamada Gran
Depresión (1929-1933), cuando la tasa de natalidad se redujo en un
tercio, aseveró Kenneth M. Johnson, demógrafo del Instituto Carsey
en la Universidad de New Hampshire.
La reducción poblacional afecta a grupos específicos como los
hispanos, pues ellos registran una reducción de un 17 por ciento de
la tasa de natalidad, precisamente en los estados más golpeados por
la recesión económica, como Florida y Arizona, explicó Johnson.
Ello se aprecia mejor si se compara con la caída de un 3,8 por
ciento de similares indicadores entre los blancos, y un descenso del
6,7 por ciento para los negros, ilustró.
Entre 2007 y 2010 las tasas disminuyeron más drásticamente entre
los jóvenes hispanos, en una proporción de un 23 por ciento en el
caso de las jóvenes de origen latino de 20 a 24 años.
En 2008, la economía estadounidense cayó en una profunda
deflación que provocó un deterioro de los principales indicadores
sociales de la nación.
Alrededor de uno de cada dos estadounidenses entró en la
clasificación federal de pobre o en la de individuo con bajos
ingresos, evidenció recientemente un informe del Buró Nacional del
Censo (BNC).
Desde finales de 2007 casi cuatro millones de estadounidenses
perdieron sus casas por ejecución hipotecaria, y un aproximado de un
millón 600 mil niños quedaron en algún momento en la calle con una
calidad de vida cercana a la indigencia.
En el mismo período 97 millones 300 mil norteamericanos
calificaron para la categoría de bajos ingresos, y se sumaron a los
49 millones 100 mil que ya estaban ubicados por debajo de la línea
de la pobreza.
El número total indica a 146 millones 400 mil personas, o un 48
por ciento de la población actual, y representa un inventario de
cuatro millones de estadounidenses más en comparación con cifras de
2009, destacó la cadena CBS News.