Dos potentes atentados terroristas sin precedente en la historia
de Damasco, detrás de los cuales se considera está la siniestra mano
de Al-Qaeda, alteraron este viernes la vida en esta tranquila ciudad
en el viernes de oraciones musulmanas.
Los ataques fueron dirigidos contra la Dirección de la Seguridad
Estatal, cuya sede se encuentra en el área Kafur Suse, y contra la
dependencia regional en Damasco de la Policía Militar de
Investigación, a escaso kilómetro y medio de la primera y próxima
ésta a la Oficina Central de la Aduana.
Las detonaciones -la primera mucho más potente- acontecieron en
torno a las 10:45 hora local, tras las cuales se pudo escuchar el
tronar de armas ligeras como ametralladoras, fusiles AK y pistolas,
y el sonido de sirenas.
Una fuente de todo crédito dijo a Prensa Latina que en realidad
eran siete los atentados que se pretendían cometer, pero fuerzas de
seguridad lograron abortar cinco de ellos.
Las autoridades no han precisado la cuantía de los daños
materiales ni las pérdidas humanas, pero la Televisión Siria muestra
imágenes espeluznantes de vehículos dañados o destrozados, cuerpos
mutilados o calcinados dentro de autos y microbuses.
Una fuente gubernamental consultada por Prensa Latina señaló que
investigaciones preliminares indican, por el modo de operación de
atacantes suicidas en coches bomba, que estas acciones terroristas
fueron cuidadosamente preparadas y perpetradas por mercenarios de la
red Al-Qaeda introducidos en territorio sirio.
Tienen lugar -notó- tres días después que el ministro de Defensa
del Líbano, Fayez Ghosun, alertó el martes que comandos de esa
organización se infiltraron en Siria a través del territorio libanés
como si pertenecieran a la oposición siria.
Con ellos persiguen -advirtió la fuente- atemorizar a la
población y resquebrajar su disposición a salir a las calles y
manifestarse públicamente a favor del gobierno del presidente Bashar
al-Assad, de la unidad nacional y en rechazo de la intromisión
extranjera y de las acciones de países occidentales, Turquía y de la
Liga Árabe contra Siria.
El primer estallido fue tan fuerte que incluso estremeció los
ventanales de edificios en barriadas distantes a pocos kilómetros
del sitio de los atentados, como en el área de Muhajirin Shora y la
zona en torno a la Calle Malki donde se encuentran varias embajadas
y sedes de organizaciones internacionales.
Esto nunca había sucedido en la historia de Damasco; ni en las
guerras contra Israel esta ciudad fue tocada, exclamó Assad, un
ciudadano que seguía con atención los hechos, mientras, Ali, otro
residente, expresó una gran tristeza por tales actos de terror y la
hostilidad extranjera de la que es blanco el país.
Otros vecinos expresaron fuertes condenas y exigieron que el
gobierno tenga mano más fuerte y acabe con los que hoy generan la
violencia terrorista en Siria, en tanto la televisión entrevista a
figuras públicas de diversas esferas de la sociedad que condenan los
atentados y llaman a la unidad nacional, y a luchar por defender y
preservar la seguridad nacional.
Los atentados tienen lugar un día después que llegó a Siria la
avanzada de la misión observadora de la Liga Árabe para coordinar el
trabajo del resto del grupo cuya segunda delegación tenía previsto
arribar el domingo.
Analistas occidentales advierten que estos ataques sin precedente
en Damasco cambian la dinámica de la vida y la mentalidad con la
cual las personas se comportarán en lo adelante, al tiempo que
agregan un elemento de inseguridad.
Igualmente, estiman que estos sanguinarios hechos reflejan que
los gobiernos adversarios de Siria no están interesados en que este
país concrete una acción común con la Liga Árabe y se afanan en
malograr cualquier paso diplomático que de Damasco para una solución
constructiva de la crisis o desarrolle el diálogo nacional.
Una nueva investigación del periodista francés Thierry Meyssan
sostiene que los adversarios de Siria están utilizando en la
violencia armada y terrorista a mercenarios iraquíes, jordanos,
pastunes y hasta comandos libios, entre estos Abdel Hakim Belhaj, un
exacompañante del ejecutado Osama Bin Laden e histórico líder de Al-Qaeda
en Libia.
Belhaj, quien se convirtió en gobernador de Tripoli por la gracia
de la OTAN -señala Meyssan-, está supervisando los entrenamientos de
mercenarios en campamentos en suelo turco para ser infiltrados en
territorio sirio.
El periodista e investigador francés documenta con fotos en un
artículo para la Red Voltaire el momento en que Belhaj partía del
aeropuerto de Trípoli hacia Turquía, donde periódicos locales lo
situaron posteriormente en la frontera turco-siria.