El gobierno sirio denunció ante la ONU que los informes de su
Consejo de Derechos Humanos (CDH) en Ginebra son politizados,
selectivos, faltos de objetividad y que responden a agendas
destinadas a destruir la nación siria.
En una carta enviada a la Asamblea General, al Consejo de
Seguridad y al propio CDH, Damasco advierte que los reportes de este
último órgano y de la llamada Comisión de Investigación sobre Siria
responden a las intenciones de ciertos países que desean destruir a
Siria e intervenirla militarmente bajo el pretexto de proteger
civiles, reporta Prensa Latina.
El CDH ignora sin embargo las serias y peligrosas violaciones de
los derechos humanos que cometen grupos terroristas, así como los
millones de dólares que fluyen para pagarlos, armarlos, facilitarles
logística y apoyo mediático, a fin de sabotear la tranquilidad y
seguridad ciudadana del pueblo sirio y matar gentes, condena la
misiva, divulgada hoy por medios periodísticos nacionales.
Siria ha cooperado con todos los organismos de la ONU a los que
ha brindado documentación e información sobre la situación en el
país, pero todo eso ha sido ignorado y tildado de alegatos, censuran
las autoridades en la carta.
La misiva recuerda que el Gobierno de Damasco creó un comité
judicial independiente para investigar todos los delitos cometidos
en el marco de los actuales acontecimientos.
Hemos reiterado nuestra disposición a cooperar con la Comisión
Internacional de Investigación una vez que el comité judicial
obtenga resultados tangibles en sus averiguaciones, agrega la nota.
Pero hay funcionarios en la ONU y sus agencias -lamenta- que lo
rehúsan y optan por escuchar sin embargo a políticos, periodistas, a
organizaciones no gubernamentales y a forajidos que azuzan la
campaña anti-siria.
Las autoridades se preguntan si el CDH ha tenido en cuenta los
testimonios de la madre y familiares del niño Sari Saoud, muerto a
balazos por una banda terrorista, o los de Zainab, la joven
supuestamente secuestrada y asesinada por la seguridad, y que
posteriormente apareció en televisión para corroborar que estaba
viva.
O si aceptó las declaraciones de la familia del brigadier general
Abdo Khudr al-Tallawy, quien junto a sus tres hijos fueron
asesinados a sangre fría y sus cuerpos mutilados.
La carta cuestiona por qué toda esa documentación fue desdeñada
por el CDH, así como la presentada sobre el niño Hamza al-Khatib,
también rechazada, y prefirió utilizar para sus reportes despachos
con información falsa propalada por medios que distorsionan y
tergiversan la realidad, y condenar con ellos a Siria.
Recuerda que cientos de terroristas arrestados han confesado que
por dinero recibido desde el exterior han matado a manifestantes,
saqueado, mutilado cadáveres, atemorizado al pueblo, fabricado
falsas noticias e, incluso, ejecutado a quienes se han rehusado a
protestar o sumárseles en la violencia terrorista.
La documentación que corrobora tales hechos ha sido ignorada,
denuncia la carta, y precisa que en el enfrentamiento contra esa
violencia terrorista han perecido más de dos mil soldados y
policías, entre ellos oficiales y suboficiales.
También han sido blanco de esos violentos desmanes científicos,
ingenieros, profesores y hasta técnicos extranjeros. Igualmente,
muchas familias sirias en zonas rurales han sido intimidadas en una
campaña sectarista y obligadas a abandonar sus hogares.
La carta del gobierno sirio se pregunta si no hay espacio para
ellos en las resoluciones de la Asamblea General, el Consejo de
Seguridad o del Consejo de Derechos Humanos.
El mensaje sostiene que cada vez aparecen más evidencias sobre la
manipulación de la supuesta y manida oposición armada siria, y que
también es ignorada por las agencias de la ONU.
Una nueva investigación del periodista francés Thierry Meyssan
revela que los adversarios de Siria están utilizando en la violencia
armada y terrorista a mercenarios iraquíes, jordanos, pastunes y
hasta comandos libios, entre estos Abdel Hakim Belhaj, un
exacompañante del ejecutado Osama Bin Laden e histórico líder de Al-Qaeda
en Libia.
Belhaj, quien se convirtió en gobernador de Tripoli por la gracia
de la OTAN -señala Meyssan-, está supervisando los entrenamientos de
mercenarios en campamentos en suelo turco para ser infiltrados en
territorio sirio.
El periodista e investigador francés documenta con fotos en un
artículo para la Red Voltaire el momento en que Belhaj partía del
aeropuerto de Tripoli hacia Turquía, donde periódicos locales lo
situaron posteriormente en la frontera turco-siria.
El martes pasado, el ministro de Defensa del Líbano, Fayez Ghosun,
corroboró el movimiento clandestino de mercenarios de Al-Qaeda y el
trasiego de armamento hacia Siria a través de la zona fronteriza de
Arsal, y dijo que las fuerzas armadas libaneses se esforzarán por
detener tales infiltraciones.
En su carta a la ONU, las autoridades sirias denuncian que el CDH
y su comisión investigadora en vez de convocar al diálogo nacional
para hallar una solución pacífica, optan en cambio por violar los
derechos del pueblo sirio a la vida, al llamar a la intervención
extranjera.
Siria insta a que se escuche la voz del derecho, la justicia y la
objetividad, y se divulgue la realidad acorde con las personas que
la viven, no según alegatos de gente que viven a miles de millas de
Siria y están implicadas en matar y aterrar a los sirios, concluye
la carta.