Nueve coches bomba y seis bombas en las carreteras, más un
proyectil de mortero, detonaron en un intervalo de dos horas. Sus
objetivos estaban dirigidos a los distritos residenciales,
comerciales y gubernamentales en la capital iraquí, dijeron dos
funcionarios de la policía a CNN.
Los atentados "no estaban dirigidos contra instituciones o
puestos de seguridad" sino, fundamentalmente, contra "escuelas,
trabajadores, y la agencia anticorrupción", dijo a AFP el general
Qasim Atta, vocero del sistema de seguridad de Bagdad.
En total, 11 vecindarios fueron afectados por coches bomba,
explosivos al pie del camino y artefactos dinamiteros adosados a
automóviles.
Los ataques, los más mortíferos en las últimas dos semanas,
fueron perpetrados esta mañana en horas de gran movimiento de
personas y generaron una situación tensa en la capital debido a que
varias calles fueron acordonadas por fuerzas de seguridad, agrega
PL.
Mientras círculos políticos vincularon la ola de atentados a la
supuesta retirada de las tropas estadounidenses, otros recordaron la
vulnerabilidad del país en plena crisis política con claros visos de
sectarismo.