Vaticinio
cumplido tras 12 años, ambos colectivos se prepararon fuerte y
salieron de La Habana rumbo a Guadalajara con flechas, arcos y
mentes pensando en una medalla. Y lo consiguieron, sendos bronces,
que en el caso de la matancera de 27 años Maydenia Sarduy tuvo una
connotación especial.
Hurgando en la historia reapareció Yaremis Pérez. Quizás muchos
no recuerden ese nombre, pero precisamente fue la última de las
mujeres del tiro con arco cubano que vio medallas en Juegos
Panamericanos, durante la edición de Winnipeg’99. Pérez se coronó en
la lid individual y por colectivos ganó plata.
Volviendo a Maydenia, la alegría por el metal bronceado la avaló
la precisión de sus flechas sobre las dianas, en compañía de la
santiaguera Larissa Pagán y de la debutante de 19 años, Orquídea
Quesada.
La yumurina afirma que solo tuvo cuatro meses de intensa
preparación antes de encarar la línea de disparo en tierras
tapatías, pues antes debió atender a su pequeña Amanda.
¿Cómo define Maydenia este periodo y el retorno al equipo
nacional?
Muy duro e intenso. Primero, distanciarme de mi pequeña, del
trabajo doméstico, la familia, ese fue el mayor sacrificio. Luego,
adaptarme y optimizar los disparos en una sola sesión de
entrenamiento en el centro Giraldo Córdoba Cardín, al este de la
capital, donde desarrollamos el mayor volumen de preparación, pese a
no contar con las mejores condiciones: sol de frente todas las
mañanas y calor agobiante. Eso, combinado con la carga física, pues
estaba pasada de peso, cuestión que también influye.
¿Tensiones al encarar la competencia y los rivales?
El equipo estaba mucho más acoplado que el de Río de Janeiro’07.
A las tensiones hay que sacarles provecho, fuimos en busca de una
medalla y la ausencia de las colombianas (presentaron problemas con
la federación de su país) nos despejó un poco el camino; sentenció
esta joven que tomó su primer arco a los 13 años de edad.
Nuestras arqueras pasaron de menos a más en la capital del estado
Jalisco: quintas en la vuelta FITA con 3 750 puntos, a la zaga de
las recordistas continentales de México (3 988), Estados Unidos (3
956), Venezuela (3 788) y Canadá (3 785). En cuartos
de final dispusieron por cerrado 199-197 de las canadienses,
antes de ceder 197-215 ante las mexicanas, finalmente monarcas. Por
el bronce superaron a las venezolanas 201-198. ¿El por qué de su
desempeño positivo? Vencieron en los sets definitivos a dos elencos
mejor ubicados en la Ronda Olímpica y solo sucumbieron a manos de
las anfitrionas.
A pesar de no superar sus marcas personales Maydenia Sarduy (1
311 por 1 266), Larissa Pagán (1 298 por 1 251) y Orquídea Quesada
(1 280 por 1 233) se reinsertaron en la elite de América, región con
mayor desarrollo en la modalidad en los últimos tiempo
s, especialmente por la calidad y estabilidad de arqueros
mexicanos y estadounidenses, sumado a individualidades de otras
naciones.
Ahora a Maydenia, quien prefiere los 70 metros "pues las
distancias cortas (30 y 50) requieren de mucho rigor técnico", le
queda continuar en el cuidado de su pequeña Amanda y dirigir todas
sus flechas hacia el preolímpico de Medellín, Colombia, en abril
próximo, el cual otorga tres plazas para Londres’12.