Con
la presentación desde este último sábado en la provincia de Las
Tunas, reconocidos artistas cubanos de la plástica concluyeron la
gira por la región oriental del proyecto Itinerancia artística:
de la punta al cabo, y la Isla también, que llegará en otras dos
etapas al resto del país, y tiene como objetivo visitar las
academias, los centros penitenciarios y de reeducación y exponer en
galerías.
El
destacado pintor Ernesto Rancaño encabeza el grupo que también
integran Juan Vicente Bonachea, Juan Carlos Balseiro, Jorge Otero,
Sándor González, Andy Rivero, Laura Portilla, Lizandra Ramírez y
Mabel Poblet, autores de las obras que por tres días son expuestas
en cada territorio visitado.
A la colección de 12 creaciones montadas en galería —incluidas
algunas de Alexis Leyva (Kcho) y Eduardo Abela—, se suman otras que
son presentadas durante la estancia en academias y prisiones.
La visita a estas últimas es uno de los propósitos especiales de
la gira, pues además del intercambio en cuanto a necesidades
artísticas de los internos y ofrecerles nuevos conocimientos,
resalta la creación de murales pictóricos con participación conjunta
de artistas, estudiantes y reclusos.
"Itinerancia artística... es una consecuencia, un hijo
legítimo de dos experiencias anteriores: la gira de Silvio por las
prisiones, a la cual me invitó, y la brigada Martha Machado, con
Kcho", dijo a Granma Ernesto Rancaño.
"Por los internos la acogida resulta muy positiva, porque siempre
agradecen estas cosas frescas; sobre todo cuando además de ver y
oír, pueden participar allí en la pintura de un mural", destacó.
"En la gira anterior ya habían manifestado el interés por recibir
talleres de pintura, y uno de nuestros objetivos, más que darlos, es
sensibilizar a las instituciones territoriales a fin de convertir
esa satisfacción en algo sistemático", apuntó Rancaño.
Las jóvenes de 25 años y todavía alumnas del ISA, Mabel Poblet
—revelación en las recientes ferias internacionales de arte de Moscú
y Bogotá— y Lizandra Ramírez, aprecian la singularidad de la
experiencia.
"Los internos —afirma Mabel— son capaces de dar puntos de vistas
muy diferentes de lo que nosotros mismos pensamos, y en la plástica
esto es muy bueno y enriquecedor. Yo me nutro mucho de las vivencias
cotidianas para concebir mis obras, y cuando contactas con la
población penal te adueñas de historias que aportan nuevos motivos."
"Este contacto ha sido una confirmación de que el denominador
común entre grupos diferentes de personas, muy bien puede serlo el
arte", agregó Lizandra.
En cuanto a las academias, los contactos con los estudiantes son
valorados por los artistas como encuentros magníficos, en los que
brindan conocimientos, aprecian creaciones de los bisoños y les
permiten sondear el palpitar de la plástica en el Oriente cubano.
La gira proseguirá en enero por el centro del país, llegará en
febrero a Occidente, y estará en "la Isla también", como reza el
nombre del proyecto itinerante en referencia a Isla de la Juventud.