Cuba reiteró hoy su demanda de una reforma urgente y profunda del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la eliminación del
privilegio del veto, por anacrónico y antidemocrático, informa
Prensa Latina.
La postura de la isla caribeña sobre ese tema fue expuesta por su
representante permanente alterno ante la ONU, Oscar León González,
durante una sesión de la octava ronda de negociaciones
intergubernamentales sobre la reforma del Consejo.
El diplomático abogó por una ampliación inmediata de ese órgano,
tanto en la categoría de miembros permanentes como no permanentes,
pues aumentar solo los segundos incrementaría la enorme brecha que
ya existe entre ambas clasificaciones.
Reclamó una mayor representación de los países subdesarrollados
en calidad de permanentes, pues nada justifica que regiones como
África y América Latina y el Caribe no lo tengan, cuando más de la
mitad de los temas del Consejo están relacionados con el continente
africano.
Y aclaró que los nuevos miembros permanentes deben tener los
mismos derechos y obligaciones que los actuales, incluyendo la
capacidad de veto.
Sobre el número de asientos después de la reforma, León González
dijo que no debería ser menor de 26, frente a los 15 actuales.
Más adelante, subrayó que los actuales métodos de trabajo del
Consejo de Seguridad no son transparentes ni democráticos, por lo
que requieren de una profunda transformación.
En ese sentido, propuso que las consultas a puertas cerradas sean
una excepción y que se garantice un nivel de acceso real a los
Estados no miembros de ese cuerpo.
Aspiramos a un Consejo que se ocupe de los temas que le
corresponden, no invada los de otros órganos y goce de capacidad y
legitimidad real para movilizar a la comunidad internacional en el
enfrentamiento a los retos globales en materia de paz y seguridad
internacionales, apuntó. Un órgano representativo, democrático y
transparente, que tenga realmente en cuenta las opiniones de la
membresía de la organización antes de adoptar decisiones, concluyó
el diplomático.