ANKARA. — Las víctimas mortales del segundo terremoto que
estremeció el sur de Turquía aumentaron este sábado a más de 30,
mientras centenares de pobladores de la ciudad de Van abandonan sus
hogares ante el temor a nuevos temblores.
La Dirección para el Manejo de Situaciones de Emergencia (AFAD)
informó que unas 30 personas han sido rescatadas de entre los
escombros, tras el sismo de mediana intensidad que sacudió el
miércoles la provincia.
Entre las víctimas figuran un voluntario japonés y dos reporteros
de la agencia turca Dogan (DHA), que llegaron a la ciudad para
cubrir los eventos sísmicos.
Van y los alrededores sufrieron también los desastres ocasionados
por una sacudida de 7,2 grados en la escala de Richter el 23 de
octubre último, con saldo de unos 604 fallecidos y más de cuatro mil
heridos, según la AFAD.
A poco más de dos semanas del movimiento telúrico, el primer
ministro, Recep Tayyip Erdogan, visitó este sábado la ciudad de
Ercis, la más castigada con el mayor número de muertos y
damnificados, unido a los cuantiosos daños materiales.
En medio de protestas por la lenta reacción de las autoridades y
la falta de previsión ante los reiterados fenómenos, Erdogan
conversó con sobrevivientes alojados en tiendas de campañas y casas
prefabricadas, consignó la agencia estatal Anatolia.
Alarmados por las destrucciones, la desolación, los hospitales
desmantelados, la falta de electricidad y las inclemencias del frío
otoñal, miles de habitantes de Van buscan refugio en sitios más
seguros en una masiva migración, sin precedentes, según el periódico
Hurryet Daily News.
No quedan fuerzas para soportar más dolor, confesó una de las
afectadas, al lamentar el estado de la urbe (de casi 500 mil
habitantes) con sus calles totalmente vacías. La ciudad se hunde en
una oscuridad total al llegar la noche, agregó.
Las personas están en permanente estado de shock y el pánico los
hace salir de la ciudad, sobre todo con la llegada de la nieve y el
frío, dijeron transeúntes a reporteros.
Sobrevivientes de ambas tragedias reclamaron al gobierno de
Ankara hallar una pronta solución a los problemas de la región, con
varios hoteles derrumbados y miles de viviendas destruidas.
Equipos de rescate encontraron con vida el viernes a siete
personas bajo los escombros del Hotel Aslan y ocho en el Hotel
Bayram. Cuatro de ellas fueron hospitalizadas.