Un violento enfrentamiento ocurrió este jueves en la sureña
ciudad turca de Van, donde manifestantes acusaron al gobierno de
falta de previsión ante otro terremoto que ocasionó unos siete
muertos y 23 heridos, según reportes preliminares.
Por lo menos 25 edificios, entre ellos dos hoteles, colapsaron en
la noche del miércoles en esa región, fronteriza con Irán, a causa
de un terremoto de 5,7 grados en la escala de Richter, confirmó la
televisión pública TRT, reporta Prensa Latina.
Pobladores inconformes con la actuación de las autoridades se
congregaron este jueves en las inmediaciones del derrumbado hotel
Bayram para protestar contra el viceprimer ministro Besir Atalay y
el gobernador de la provincia de Van, Karalo lu Munir, durante un
recorrido de ambos funcionarios por el afectado territorio.
Tras una confrontación que incluyó el lanzamiento de piedras por
los manifestantes y el uso de la fuerza y gases lacrimógenos por la
policía, los habitantes denunciaron la insuficiente precaución
estatal a raíz del sismo del mes pasado y la tibia reacción de
Ankara ante la presente catástrofe telúrica, corrobora el diario
Hurriyet Daily News.
Según la agencia oficial Anatolia, la incertidumbre crece por la
cantidad de víctimas que pueden quedar todavía bajo los escombros.
Este evento sismológico se suma al temblor de 7,2 grados que
golpeó hace sólo unas semanas a la provincia con un saldo de más de
600 muertos y cuatro mil heridos, además de cuantiosos daños
materiales.