El gobierno venezolano rechazó este jueves, de la manera más
contundente, declaraciones que calificó de insólitas formuladas en
Miami por William Brownfield, subsecretario de Estado de Estados
Unidos para Narcóticos y Seguridad.
El funcionario, ex-embajador de Washington en Venezuela, afirmó
en esa localidad estadounidense que la colaboración de la nación
suramericana en la lucha contra el narcotráfico ha sido muy escasa,
reporta Prensa Latina.
Según Brownfield, las únicas excepciones han sido un puñado de
casos en que las autoridades venezolanas han decidido expulsar a
algunas personas en este tipo de actividad para que sean
enjuiciadas, o compartir algún tipo de inteligencia.
En una de sus acostumbradas payasadas mediáticas, el
subsecretario Brownfield formuló la clase de acusaciones sin
fundamento que le valieron el repudio del pueblo venezolano durante
su tristemente recordada estadía en nuestro país, expresa un
comunicado difundido aquí al filo de la medianoche.
Pocos como este fracasado diplomático, han obrado tanto por el
deterioro de las relaciones bilaterales, no escatimando en
provocaciones ni en afirmaciones irresponsables, señala el texto
difundido por la cancillería.
La Venezuela Bolivariana ha desarrollado una política soberana y
efectiva de lucha contra el flagelo mundial de las drogas, a partir
del momento en que puso fin a la tutela que en la materia ejercía la
agencia estadounidense de combate a los estupefacientes (DEA, por
sus siglas en inglés), agrega.
En el comunicado se califica a esa institución de verdadero
cartel del narcotráfico internacional que ha convertido a los
Estados Unidos en el país más drogadicto del mundo.
Asimismo, recuerda que Venezuela es un país libre de cultivos
certificado por la ONU y desarrolla la más amplia política de
cooperación contra el narcotráfico con gobiernos auténticamente
interesados en derrotar este mal, y no en desestabilizar nuestro
sistema político ni controlar nuestras políticas de seguridad.
El Gobierno de de Veneela reitera que este tipo de agresiones y
acusaciones infundadas, constituyen el obstáculo principal para la
existencia de relaciones bilaterales normales con Estados Unidos,
que solo pueden desarrollarse en un marco de respeto a la dignidad y
a la soberanía del pueblo venezolano, concluye.