China: Camino a la Luna

CLAUDIA FONSECA SOSA

Días atrás, el Diario del Pueblo dio a conocer que China habrá lanzado al espacio unos 20 cohetes y 25 satélites para finales del presente año. Cifras que evidencian el creciente desarrollo del país asiático en esta esfera, agrega la publicación.

En septiembre del 2008 el astronauta Zhai Zhigang protagonizó la primera caminata cósmica de China.

Expertos citados por el mismo rotativo estatal aseguran que, en los últimos años, la evolución de los programas espaciales se ha acelerado más que la de Washington y Moscú, donde los problemas económicos y las dudas sobre la viabilidad de la exploración cósmica, han frenado sus avances.

"En un lapso de apenas siete u ocho años, los expertos espaciales chinos han completado lo que sus similares de otros países tardaron de tres a cuatro décadas en conseguir", declaró Wang Yongzhi, miembro del grupo de diseño orbital de China.

Beijing puso en marcha su Programa Espacial Tripulado (PET) en 1992. Siete años más tarde lanzó la nave Shenzhou-I, con la misión de analizar la confiabilidad del cohete transportador Gran Marcha-2F, cuyo modelo se emplearía en futuras expediciones. En enero del 2001, la Shenzhou-II despegó de la Tierra para realizar experimentos físicos y astronómicos en un ambiente de microgravedad.

Al año siguiente, la nave Shenzhou-III —equipada con funciones de escape y rescate de emergencia— trasladó sensores de monitoreo físico humano, así como "astronautas maniquíes". Luego, la Shenzhou-IV acarreó una unidad a prueba de radiaciones. Así, el Gobierno chino fue sentando las bases para los primeros vuelos tripulados.

En el año 2003, la nave Shenzhou-V transportó exitosamente al astronauta Yang Liwei y lo mantuvo en órbita durante 21 horas y 23 minutos. Y en el 2005, dos tripulantes, Fei Junlong y Nie Haisheng, visitaron el cosmos a bordo de la Shenzhou-VI. Con estos vuelos, el gigante asiático se convirtió en el tercer país en mandar en naves propias a un ser humano al espacio, antecedido únicamente por la antigua Unión Soviética y Estados Unidos.

China logró su primera actividad extravehicular o caminata cósmica —de 19 minutos y 35 segundos— luego del lanzamiento de la Shenzhou-VII, en septiembre del 2008. El afortunado navegante fue Zhai Zhigang.

En septiembre del año en curso, el país asiático lanzó el módulo Tiangong-1 o Palacio Celestial, al cual deben ensamblarse las naves Shenzhou-VIII, Shenzhou-IX y Shenzhou-X. Operaciones que aportarán —según un portavoz del programa cósmico chino— valiosa información para la construcción de una estación espacial tripulada permanente en el 2020.

El primero de estos acoplamientos se realizó con éxito a principios de noviembre y los restantes se llevarán a cabo en el 2012. Las naves regresarán a la Tierra una vez concluida su tarea, mientras que el Palacio Celestial volverá a su órbita original. Si cada eslabón del proceso resulta, la Shenzhou-X podría incluir en su tripulación a la primera astronauta china.

La futura estación espacial incluirá dos laboratorios, una nave de carga y un cohete tripulado. Por tanto, estaría capacitada para albergar experimentos científicos de colaboración internacional. De hecho, podría sustituir a la Estación Espacial Internacional —que involucra a Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y algunos países de Europa—, cuya retirada del cosmos está prevista también para el 2020.

El ensamble exitoso entre el Shenzhou-VIII y el Tiangong-1 supone desde ahora un avance crucial en el ambicioso proyecto de Beijing, que incluye la posibilidad de situar a un hombre en la Luna.

 

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