El cantautor cubano Silvio Rodríguez iniciará este jueves en
Córdoba una gira de presentación de su más reciente producción,
Segunda cita, que lo llevará a otras dos ciudades argentinas y a
Montevideo, Uruguay.
Tras más de una década de ausencia de los escenarios del interior
argentino, el autor de Ojalá subirá esta noche al escenario del
estadio Superdomo Orfeo acompañado por el trío de cuerdas Trovarroco,
la vientista Niurka González y el percusionista Oliver Valdés,
reporta Prensa Latina.
El próximo sábado Rodríguez continuará el periplo en la ciudad de
Rosario, donde a mediados de septiembre último fue declarado
Visitante Distinguido por el Concejo Municipal, y el día 16 se
presentará en el Estadio Charúa, de la capital uruguaya.
La gira concluirá el viernes 18 en el estadio de Ferro, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una plaza que no visitaba desde
hace más de un lustro.
Según anticipó aquí en conferencia de prensa, en Ferro tendrá la
visita de Víctor Heredia y excepcionalmente interpretará algunas
canciones de un disco en preparación, las cuales tocó recientemente
en un concierto en Santiago de Cuba.
Aunque no son de las cosas más recientes que he compuesto, sí son
inéditas, manifestó el trovador cubano, y anticipó que son cosas muy
diferentes en cuanto a ritmos y lenguajes musicales.
La víspera, Silvio Rodríguez recibió el grado de Doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), ante un auditorio
colmado de seguidores que lo aclamó puesto de pie.
Para decirlo con estricta propiedad otorgamos el doctorado al
gran trovador cubano, poeta y cantante, enfatizó la rectora Carolina
Scotto antes de puntualizar que el título es conferido a grandes
personalidades de la cultura y el arte, las ciencias y el compromiso
social o político.
Córdoba subrayó- es la misma que vio crecer a Ernesto Guevara y a
sus sueños; aquél joven médico cuya acción política e inspiración se
expandió desde Cuba a muchos países latinoamericanos.
Al agradecer el reconocimiento, el autor de Canción del Elegido
consideró que hace falta mucha suerte para llegar a un momento como
éste y ser distinguido con semejante título.
Si algo me ha enseñado la vida es que para llegar a un instante
así hace falta una preparación enorme de ignorancia, de
sufrimientos, de millones y millones de personas que nunca llegan a
nada para que solo unos pocos en la vida podamos llegar a algo,
argumentó.
Rodríguez complació al auditorio cantando a capella fragmentos de
la canción anónima El colibrí y la flor, que -relató- le cantaban su
abuela materna, primero, y también su madre.
Antes de hacerlo, significó que todas sus canciones salen de
otras como ésta, hechas por personas desconocidas.