PUERTO
PRÍNCIPE, 18 octubre.— El primer ministro haitiano, Garry Conille,
asumió hoy formalmente el cargo con un llamado a la unidad nacional
y a aunar esfuerzos para la reconstrucción del país, devastado por
un terremoto en 2010.
Llega un nuevo momento para Haití y solo será posible con la
unidad de todos los ciudadanos, afirmó en su discurso de investidura
Conille, quien llegó al cargo cinco meses después de la toma de
posesión del presidente, Michel Martelly.
Durante la ceremonia, realizada en el Palacio Nacional, el
mandatario dio lectura al decreto de nombramiento oficial del nuevo
jefe de Gobierno, a quien llamó a trabajar para salvar al país de la
crisis dejada por el sismo.
Es un día memorable para Haití, un nuevo amanecer, aseguró el
dignatario, quien desde su investidura carecía de Gabinete por las
contradicciones con el Congreso, dominado por la oposición.
El nuevo Ejecutivo quedó conformado por 17 ministros, entre ellos
tres mujeres, las que también asumieron el puesto este martes.
Conille recibió la banda oficial de manos del saliente premier
Jean Max Bellerive, quien fungió de forma interina desde mayo pasado
por la negativa del Parlamento de aprobar los candidatos designados
por Martelly para sustituirlo.
El nuevo jefe de Gobierno, de 45 años de edad, fue asesor de la
oficina humanitaria del expresidente estadounidense William Clinton
en Haití, además de ostentar el cargo de coordinador residente de la
ONU y colaborador humanitario en Níger.
En su programa político, aprobado la semana pasada por las dos
cámaras del Congreso, prometió mejorar las condiciones económicas y
sociales de la población mediante la creación de un millón de
puestos de trabajo, así como un crecimiento financiero de nueve por
ciento anual durante los próximos cinco años.
Consideró, además, como una urgencia resolver la situación de los
damnificados del temblor de tierra, de los cuales 580 mil viven aún
en campamentos de lona.
Sobre la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de
Haití, abogó por una retirada progresiva, a medida de que el país
pueda sustituir esa fuerza.