Actualizado 5:45 p.m. hora local

Brasil, India y Suráfrica por ampliación Consejo
de Seguridad

La India, Brasil y Suráfrica reiteraron este martes en la ciudad de Pretoria la necesidad de aumentar el número de miembros permanentes y no permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Reunidos en ocasión de la quinta cumbre del grupo IBSA, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, su homólogo surafricano, Jacob Zuma, y el primer ministro indio, Manmohan Singh, expresaron la voluntad de trabajar coordinadamente por la consecución de ese objetivo, reporta Prensa Latina.

Por feliz coincidencia, este año los tres países forman parte del Consejo de Seguridad con carácter de rotativos, una circunstancia que -según analistas- favorece sus aspiraciones de ocupar un asiento fijo en ese órgano.

En una declaración conjunta, los dignatarios expresaron su apoyo a la iniciativa del llamado Grupo de los 4, mediante la cual la India, Brasil, Alemania y Japón se comprometieron a apoyarse mutuamente para llevar a feliz términos sus candidaturas.

Integran el Consejo de Seguridad cinco miembros permanentes con derecho a veto (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia) y 10 rotativos, entre los cuales este año figuran Alemania, Brasil y Japón, así como Suráfrica, también aspirante a aquella condición. Japón fue miembro no permanente en 2009-2010.

La ONU ha intentado en diversas ocasiones desde 1979 llevar a cabo negociaciones para modificar los métodos de trabajo y la composición del Consejo de Seguridad, que todavía es un reflejo de la situación geopolítica existente al final de la Segunda Guerra Mundial.

Tanto verbalmente como en la declaración conjunta, Rousseff, Singh y Zuma dedicaron especial atención a la crisis económica y financiera global e instaron a las potencias occidentales a adoptar medidas creíbles para enfrentarla.

Proclamaron, asimismo, que las naciones emergentes no pueden ser espectadores mudos sobre ese y otros acuciantes problemas que agobian a la humanidad y decidieron coordinar esfuerzos de cara a la inminente reunión del G-20 (Francia, inicios de noviembre) a fin de evitar que la situación se deteriore aún más.

Los mandatarios, por otra parte, coincidieron en que el terrorismo es el principal peligro que encara la humanidad y expusieron en la declaración conjunta la urgente necesidad de que las naciones miembros de la ONU concluyan las negociaciones para la pronta adopción de una convención general sobre el tema.

El tratado se propone tipificar como delito todas las formas de terrorismo y pide a los signatarios negar cualquier forma de apoyo financiero o refugio a los autores de esos crímenes contra la humanidad.

Las conversaciones, empero, están entrampadas en una cuestión cardinal: la definición de lo que constituye el terrorismo.

 

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