El ministerio de Defensa y la Defensa Civil entregaron por
segunda vez ayuda a los integrantes del Territorio Indígena y Parque
Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), que protestan por una carretera
interdepartamental, según el diario Cambio.
El lote entregado a la comisión logística de la marcha incluye
ropa para niños, niñas y adultos, así como gorros, guantes, medias,
polainas y zapatos, agregó la fuente.
La ayuda humanitaria está orientada a cubrir necesidades
inmediatas de niños y mujeres, porque sus principales objetivos son
proteger al ser humano y preservar su dignidad, precisó el ministro
de Defensa Rubén Saavedra, citado por el periódico.
Las autoridades tomaron en cuenta que los movilizados soportaron
ayer una constante e intensa lluvia, indicó Prensa Latina.
Recientemente, el gobierno de Evo Morales entregó a los
marchistas del Tipnis, 55 toneladas de ayuda humanitaria contenidas
en alimentos, cinco mil litros de agua, ropa, abrigo, frazadas,
medicamentos y artículos de higiene personal.
El presidente Morales expresó su disposición de recibir en
Palacio Quemado a los manifestantes que, en protesta por la
construcción de una vía interdepartamental, avanzan hoy hacia la
ciudad de La Paz.
Asimismo, el vicepresidente Álvaro García ratificó la
predisposición gubernamental de restaurar el diálogo en el marco de
la Ley de Protección del Tipnis, la cual suspende la vía Villa
Tunari-San Ignacio de Moxos hasta que los indígenas del parque,
mediante consulta previa, decidan el futuro de la carretera.
Más de un millar de indígenas de tierras bajas opuestos a la
construcción de la obra protagonizan una caminata, que partió el
pasado 15 de agosto de la ciudad de Trinidad, a iniciativa de la
Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob).
Los marchistas estiman que ese camino afectará la biodiversidad y
el medio ambiente del Tipnis, mientras el Ejecutivo apuesta a una
mayor comunicación vial, en aras de desarrollo de la región y el
acceso de sus pobladores a servicios de salud y educación, entre
otros.
Para la Administración de Morales, más allá del rechazo por
supuestos daños medioambientales, detrás de la movilización se
esconden intereses políticos y vínculos con Organizaciones No
Gubernamentales y la embajada de Estados Unidos en La Paz.