El Gobierno español minimizó hoy aquí los resultados de una
conferencia internacional que la víspera demandó al grupo
separatista ETA el cese definitivo de sus acciones armadas de medio
siglo por la independencia del País Vasco.
En diálogo con la Cadena Ser, el ministro de la Presidencia,
Ramón Jáuregui, afirmó que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez
Zapatero no se siente concernido, ni siquiera interpelado, por la
cita celebrada en San Sebastián, cuya declaración final calificó de
un papel más.
Señaló que ese cónclave de paz, en el que participaron conocidas
personalidades extranjeras, no va a cambiar en absoluto la política
antiterrorista de las autoridades del país ibérico.
Jáuregui estimó que si se ha llegado a estar tan cerca del final
de ETA no ha sido por acontecimientos como esta conferencia, sino
gracias a la actuación policial, la colaboración francesa, al
aislamiento político de su entorno y a la fortaleza del estado de
derecho.
A su juicio, lo único importante de la reunión, a la que asistió,
entre otros, el exsecretario general de Naciones Unidas y Premio
Nobel de la Paz 2001, Kofi Annan, fue el pronunciamiento rotundo
para que la organización armada cese definitivamente la violencia.
Remarcó que la conferencia forma parte de una liturgia con la
cual ETA quiere justificar ante los suyos el abandono de las armas,
aunque admitió que podemos probablemente estar tocando la paz con la
punta de los dedos.
Puede formar parte de un guión, es la impresión que tiene casi
todo el mundo, enfatizó el ministro en sus declaraciones a la
radioemisora madrileña.
El funcionario vaticinó que cuando ETA renuncie a la violencia
para siempre y se configure el desarme, España tendrá que recorrer
un largo camino de reconstrucción, en el cual la memoria de la
verdad serán las víctimas del terrorismo.
No existe otro corolario final de este proceso que no sea un
anuncio claro, definitivo y rotundo de que deja las armas para
siempre, acentuó.
Hasta entonces, el gobierno mantiene su estrategia impasible,
sentenció Jáuregui.
Además de solicitar el cese definitivo de la actividad armada de
ETA, el foro, que no contó con el respaldo de la administración de
Rodríguez Zapatero, instó a España y Francia a iniciar un diálogo
con el grupo separatista si se produjera esa renuncia pública a la
violencia, reportó Prensa Latina.