El movimiento "Occupy Wall Street" contra la inequidad financiera
en Estados Unidos consolida hoy su apoyo entre la población
estadounidense, según sondeos de opinión.
El 67 por ciento de las personas consultadas por Quinnipiac
University manifestó una opinión favorable de los que protestan
porque a los bancos se les permitió obtener grandes ganancias luego
de la política de rescate financiero aplicada por el gobierno.
Tras cumplir la víspera su primer mes de exigencias, las
demostraciones ganaron el respaldo de muchos estadounidenses
enfrentados ahora a carencias económicas y de empleos a causa de las
políticas de los grupos financieros.
Para muchas personas, la desigualdad existente "es un cáncer en
nuestro bienestar nacional, tal como señaló recientemente un
comentario del diario The New York Times.
En la muestra de la consultora universitaria destaca que los
electores neoyorquinos varían su posición según las tendencias,
demócratas o republicanas.
Así un 81 por ciento de los demócratas apoya a los manifestantes
mientras que sólo un 35 por ciento de los republicanos se inclinó
por el grupo.
Esta proyección coincide con los resultados de un sondeo
divulgado el lunes por la televisora CNN en el cual el 76 por ciento
dijo favorecer el aumento de los impuestos a los más ricos.
Los indignados protestan, entre otras cosas, porque los 400
estadounidenses más ricos tienen un mayor valor neto combinado que
otro 150 millones de compatriotas.
Asimismo porque el uno por ciento de la población ingresó a sus
arcas el 65 por ciento de los beneficios alcanzado durante años de
expansión de 2002 a 2007.
Según comentaristas políticos, los resultados de las encuestas
son indicativos de que el mensaje está calando en la población y que
la inequidad y la falta de empleo, llegaron para quedarse como temas
que medirán los electores en 2012.
Por otra parte, ya las protestas no son exclusivas de los 14
millones de desempleados estadounidenses contra los excesos del
sistema financiero, la llama prendió en decenas de miles de
ciudadanos en todo el mundo, indicó Prensa Latina.
Aunque en el banquillo están los especuladores, los grandes
financieros y los bancos, que no cambiaron sus restricciones en su
política de créditos, algunos analistas plantean que todas las
grandes reformas políticas han empezado así y esta puede ser una de
ellas.
En el corazón de las demandas, aseguran, lo más grave es que la
distancia entre los que tienen de sobra y los que están en
situaciones precarias es cada vez mayor y más visible.