PARÍS, 14 octubre.— Los ministros de Finanzas de las economías
industrializadas y emergentes (G-20) tratan de encontrar en una
reunión de dos días iniciada hoy, un camino viable para solucionar
la crisis financiera europea.
Ellos buscan en especial contribuir a resolver el ingente débito
público de Grecia, y evitar así que ese país caiga en una quiebra
parcial o total.
Según se informó, entre los puntos de la agenda del G20, se
encuentra la necesidad de recapitalizar a los bancos, a fin de
impedir un impacto sobre estas instituciones, de la deuda de ese
país helénico.
La Eurozona, integrada por 17 de las 27 naciones de la Unión
Europea (UE), está en una carrera contra el tiempo para tranquilizar
a sus socios y a los mercados.
El ministerio francés de Finanzas confirmó que una eventual
reestructuración de la deuda griega tendría un descuento mayor que
el 21 acordado en la cumbre europea del 21 de julio.
Por su parte, el titular de esa cartera del Eurogrupo, Jean-Claude
Juncker, refirió la posibilidad de obligar a los bancos a consentir
reducciones de deuda a Grecia, si no lo hacen voluntariamente.
Anteriormente la Eurozona ya tuvo que acudir al rescate de tres
de sus miembros: Grecia (en dos ocasiones), y Portugal e Irlanda.
El malestar crece en la población europea, reacia a cargar con
las culpas del atolladero a que la condujo erróneas políticas
aplicada por sus gobernantes.
Entretanto, una corriente optimista originada por los nuevos
pasos dados, determinó que este viernes el euro escalara frente al
dólar, al cotizarse a 1,3857 dólares, frente a 1,3783 el jueves
último.