Autoridades sirias aseguraron que la normalidad y estabilidad
prevalecen en Al-Rastan, pese a que en otras localidades de la
región de Homs continuaron hoy las manifestaciones opositoras,
después de una jornada que dejó numerosos muertos.
Fuentes del gobierno del presidente Bashar Al-Assad describieron
un ambiente de normalidad progresiva en Al-Rastan, escenario días
atrás de enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y opositores
identificados por medios estatales como grupos terroristas armados.
La agencia oficial de noticias SANA y el canal estatal Syria TV
recogieron testimonios de residentes satisfechos por poder reanudar
sus actividades laborales, agrícolas y la limpieza de calles tras un
largo sufrimiento por actos de matanza, sabotaje y terror.
El Ministerio sirio de Información organizó ayer un recorrido por
Al-Rastan con 80 periodistas de medios locales, árabes y extranjeros
para constatar la situación en ese poblado, donde ya se rehabilitan
los servicios de agua, electricidad y comunicaciones.
Por otro lado, la misma dependencia y el Ministerio de Defensa
confirmaron que 10 efectivos del Ejército y de las fuerzas del
orden, incluido un teniente coronel, murieron y otros 19 resultaron
heridos el jueves en una emboscada en la zona de Bennish, provincia
de Idleb.
Grupos de derechos humanos confirmaron hoy que al menos 36
personas, incluidos 25 uniformados gubernamentales, perdieron la
vida ayer en choques en distintas regiones de Siria, país donde la
ONU estimó en tres mil las muertes violentas en los últimos siete
meses.
Según una portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los
Derechos Humanos, más de 100 víctimas fatales se registraron en los
últimos 10 días y del total reportadas desde marzo, al menos 187 son
niños.
El gobierno de Damasco habitualmente descalifica cifras manejadas
por instancias foráneas a partir de datos de la oposición, que ayer
dijo tener constancia de 10 muertos de sus filas en escaramuzas en
Bennish y otros nueve en Deraa.
No obstante, el presidente Al-Assad reiteró las denuncias de una
conspiración extranjera para desestabilizar y dividir a Siria, y la
determinación de su gobierno de combatir con severidad a opositores
armados autores de actos subversivos y de terror.
Decenas de miles de sirios se manifestaron el miércoles en el
centro de esta capital para apoyar la unidad nacional, condenar la
injerencia foránea y respaldar el plan de reformas de Al-Assad.
Los opositores respondieron a esa demostración progubernamental
con marchas en Idleb, en el puerto de Lattakia, Homs, Deir Ezzor
(oriente), Deraa y en los alrededores de Damasco, pero con escasa
participación, apuntó Prensa Latina.
Entretanto, los países del Consejo de Cooperación del Golfo
Pérsico propusieron una reunión de emergencia de ministros de la
Liga Árabe para discutir posibles salidas a la crisis siria, aunque
sin propuestas concretas luego de las críticas de Damasco al ente
panárabe.