El peligro persiste hoy en las márgenes del río Mekong, donde ya
murieron 43 personas, la mayoría niños, en la peor riada de los
últimos tiempos en el célebre delta vietnamita, señaló Prensa
Latina.
Las inundaciones remiten gradualmente, pero todavía el nivel del
agua es elevado, sobre todo en Dong Thap, la provincia sureña más
afectada, seguida por An Giang, Can Tho, Long An y Kien Giang.
Según el gobierno, las crecidas anegaron unas 70 mil casas, 18
mil hectáreas de arroz y otras tres mil 700 de cosechas subsidiadas,
generando pérdidas superiores a los 52,8 millones de dólares.
En Hanoi, el Frente de la Patria aprobó la donación de 96 mil
dólares para asistir a los damnificados en Dong Thap y An Giang,
provincia esta considerada el granero de Vietnam.
Más al norte, en la Meseta Central, otras inundaciones han dejado
ya cuatro muertes, y el recuerdo de los deslaves del pasado año
asusta a los lugareños, muchos aún sin reponerse económicamente.
En la central provincia de Quang Ngai fueron invertidos un millón
300 mil dólares en tres comunidades para unos 500 damnificados de
aquel desastre.
Cao Khoa, presidente del gobierno en Quang Ngai, solicitó a las
arcas estatales más fondos para reubicar hacia áreas más seguras a
los campesinos desplazados por los aguaceros de octubre de 2010.
Datos oficiales revelan que aún existen unas cuatro mil viviendas
en zonas de alta vulnerabilidad a un fenómeno cada vez más frecuente
debido al cambio climático, que tanto amenaza la costa vietnamita.
El primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung, visitó el pasado
miércoles las provincias más afectadas por la crecida del Mekong,
para inspeccionar además el estado de los diques habilitados y
orientó la creación de comunidades más sostenibles y resistentes a
las crecientes amenazas medioambientales.