Las autoridades de Guatemala continúan la búsqueda del exdictador
Oscar Mejía Víctores con orden de captura en su contra, en tanto
otro exmilitar también acusado de crímenes de lesa humanidad fue
enviado a prisión, indicó Prensa Latina.
Al exgeneral Mejía Víctores le imputan el delito de genocidio
cuando fungía como ministro de la Defensa antes de dar un golpe de
Estado en 1983, tras el cual fue presidente de la República hasta
1986.
Hace varios días el Ministerio Público y la policía realizan
allanamientos de viviendas en esta capital en busca del otrora
militar sin poderlo encontrar, por lo cual ya tiene la categoría de
prófugo, pues un juez dictó la orden formal de aprehensión.
Una idéntica pesa sobre el general Luis Enrique Mendoza, quien
fuera viceministro de la Defensa en la misma época, y otra
originalmente contra Mauricio Rodríguez, un exoficial de
inteligencia de alto rango detenido.
Ya en junio fue arrestado el exgeneral Héctor Mario López,
entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa.
Mejía Víctores pasó a dirigir los destinos de esta nación cuando
derrocó a otro general golpista, Efraín Ríos Montt, ahora líder del
partido Frente Republicano Guatemalteco y diputado, a quien le
achacan desmanes similares durante su mandato.
López aún no es procesado porque la defensa argumenta su
padecimiento de cáncer, pero este viernes se realizará una audiencia
en el centro médico militar donde está recluido bajo custodia.
La acusación contra todos ellos incluye la planificación y
ejecución de planes militares conocidos como de tierra arrasada
contra la población indígena, a la cual señalaban como base de apoyo
de la guerrilla durante el conflicto armado interno (1960-1996).
Respecto a Rodríguez, se le señala participación en hechos en los
cuales murieron más de mil 700 integrantes de las comunidades
autóctonas mayas Ixil, en el departamento de preponderancia indígena
de Quiché.
Durante la guerra en esta nación perdieron la vida unas 250 mil
personas, de ellas alrededor de 45 mil detenidas y posteriormente
desaparecidas, cuya inmensa mayoría fue producto de los planes
genocidas del Ejército, los paramilitares y las fuerzas policiales.