GUADALAJARA.—
Será una bonita ceremonia inaugural (hoy a las 7:30 p.m. hora de
Cuba), si en definitiva la lluvia no agua la fiesta, como suele
decirse.
Si el estadio Omnilife, con su fastuosa arquitectura y su
vibrante acústica, tiene voz en el asunto, habrá que esperar un
espectáculo imponente. Tan imponente, o más, como el que hubo en su
día para estrenarlo el 30 de julio del año pasado con luces de
láser, imágenes de tres dimensiones y más de 30 toneladas en fuegos
artificiales que dejaron boquiabierto al público presente.
Entonces, acogió el partido amistoso de fútbol entre el equipo
local de las Chivas y el británico Manchester United, que sirvió
para despedir a Javier el "Chicharito" Hernández.
Con capacidad para 49 850 espectadores, el Omnilife (cuyo nombre
se debe a una marca de suplementos alimenticios) es el nuevo hogar
del Club Deportivo Guadalajara, el Rebaño Sagrado de las Chivas,
además de ser reconocido por la FIFA como el equipo más popular de
México, pues jamás contrata jugadores extranjeros.
Erguido sobre un promontorio en las afueras de la ciudad, con una
armazón de 125 000 metros cuadrados, el estadio regala una vista
magnífica desde la Villa, aun bajo la lluvia. Pareciera que emerge
del vientre de la tierra como un cráter volcánico que destila
vanguardismo y lujo. En sus entrañas posee diversas atracciones,
como un museo interactivo, cine, muro de escalada, área de niños y
hasta un salón de belleza.
Aunque en algún momento despertó cierta controversia por no
montar un césped convencional, el Omnilife ha sido el primer estadio
del mundo en usar pasto sintético de séptima generación que es el
último en pruebas tecnológicas para facilitar el manejo del balón y
prevenir lesiones.
Dicen, además, que por su lejanía no suele llenarse, aunque hoy
seguramente muchos harán la excepción para asistir a una tremenda
ceremonia inaugural de los Juegos.