Para Fina García Marruz ha sido, en su octava edición, el Premio
Internacional de Poesía Federico García Lorca, que entrega la ciudad
de Granada a un autor vivo cuya obra poética en su conjunto
constituya un aporte relevante al patrimonio cultural de España e
Iberoamérica.
La honrosa distinción otorgada ayer a la principal figura
femenina del grupo Orígenes, quien mereció en 1990 el Premio
Nacional de Literatura, la convierte en la primera cubana en
recibirla, a la par que la distingue como una de las poetas
medulares de la literatura latinoamericana del pasado siglo.
El jurado, cuyo fallo a favor de García Marruz está avalado por
el tono reflexivo e intenso de la poetisa a la que también se le ha
reconocido su labor investigativa al lado de su esposo, el poeta ya
fallecido Cintio Vitier, la eligió de entre otros 40 competidores y
tuvo en cuenta entre los poemarios que definen "la obra en
movimiento" de la ganadora Las miradas perdidas 1944-1950
(1951), Visitaciones (1970) y Habana del centro
(1994).
La Marruz, indiscutible joya de la cultura y de las letras
hispanas, quien también cuenta con el Premio Iberoamericano de
Poesía Pablo Neruda, se alzó este mismo año con el galardón Reina
Sofía de Poesía Iberoamericana.