La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, insistió este miércoles
en la necesidad de reformar los organismos financieros y la
gobernanza internacional, y abogó por el ingreso de su país como
miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
El mundo se enfrenta con una crisis que al mismo tiempo es
económica, de gobernanza y de coordinación política, afirmó la
mandataria brasileña al convertirse hoy en la primera mujer en
pronunciar el discurso de apertura de una Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), reporta Prensa Latina.
No habrá retorno de la confianza y del crecimiento mientras no se
intensifiquen los esfuerzos de coordinación entre los miembros de la
ONU y las demás instituciones multilaterales, apuntó.
Indicó que la ONU y demás entidades internacionales precisan
emitir, con la máxima urgencia, señales claras de cohesión política
y coordinación macroeconómica. Al respecto, señaló que urge
profundizar la reglamentación del sistema financiero y controlar esa
fuente inagotable de inestabilidad.
"Sin sombra de duda, la reforma de las instituciones financieras
multilaterales debe proseguir, aumentando la participación de los
países emergentes, principales responsables por el crecimiento de la
economía mundial", aseveró.
Más adelante refirió que el mundo sufre las doloras consecuencias
de intervenciones que agravan los conflictos, posibilitando la
infiltración del terrorismo donde no existía, inaugurando nuevos
ciclos de violencia, multiplicando los números de víctimas civiles.
"Mucho se habla sobre la responsabilidad de proteger, poco se
habla sobre la responsabilidad al proteger", sostuvo y agregó que en
eso resulta fundamental la actuación del Consejo de Seguridad de la
ONU, la cual será más acertada mientras más legítima sean sus
decisiones.
Tras decir que la legitimidad del propio Consejo depende cada día
más de su reforma, Rousseff subrayó que cada año que pasa resulta
más urgente una solución a la falta de representatividad de ese
organismo, que corroe su eficacia.
"El mundo precisa de un Consejo de Seguridad que refleje la
realidad contemporánea, un Consejo que incorpore nuevos miembros
permanentes y no permanentes, en especial representantes de los
países en desarrollo", destacó.
Manifestó que Brasil está listo para asumir su responsabilidad
como miembro permanente del Consejo y exaltó que su país es "un
vector de paz, estabilidad y prosperidad en su región y hasta fuera
de ella".