Integrantes de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) abandonaron
hoy la marcha indígena en Bolivia que rechaza una vía
interdepartamental y pidieron dialogar con las autoridades
gubernamentales.
Mediante una misiva, esos originarios manifestaron que salieron
de la caminata que partió el pasado 15 de agosto de Trinidad hacia
la ciudad de La Paz y solicitaron establecer las pláticas en el
poblado oriental de Camiri (Santa Cruz), informó Prensa Latina.
Para Palacio Quemado, la reacción de algunos participantes en la
protesta responde a que se han dado cuenta de que existen intereses
políticos en la movilización que impulsa la Confederación de Pueblos
Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), liderada por Adolfo Chávez.
El mandatario Evo Morales alertó incluso que la marcha habla de
una nueva candidatura a la Presidencia, de un nuevo partido, lo que
demuestra cuáles son sus verdaderos objetivos.
La víspera, el vicepresidente del país suramericano, Álvaro
García, señaló que la preocupación por el Parque Nacional Isiboro
Sécure, que debe atravesar la carretera, pasó a un segundo plano y
hoy los intereses de los marchistas y algunas organización no
gubernamentales son otros, desestabilizar al país, remarcó.
También presentó las cuatro razones para esa vía, en primer lugar
la social, pues al unir las localidades de Villa Tunari (Cochabamba)
y San Ignacio de Moxos (Beni) la gente podrá contar con servicios
básicos, como salud y educación.
También García dijo que hay un factor histórico, pues el 30 por
ciento del territorio boliviano, la amazonia, está desvinculado de
los valles y del altiplano y es obligación de cualquier Estado serio
unir a sus regiones.
En el orden económico, dijo que ese camino permitirá a Beni
incrementar su participación en el Producto Interno Bruto (PIB), la
cual actualmente es solo del 2,5 por ciento.
Además en la parte geoplítica, precisó García, la carretera
Cochabamba-Beni y la de La Paz-Beni-Pando van a permitir que cada
departamento pueda desarrollar sus propias capacidades en
equilibrio.
Esta vía, agregó, es la decisión estratégica y geopolítica más
importante de Bolivia de estos últimos 50 años, permitir que no haya
una región muy rica y otras muy pobres.