Madrid se ha convertido en un enclave de contrarrevolucionarios,
terroristas y mafiosos anticubanos, como lo ha sido Miami desde el
mismo triunfo de la Revolución en Cuba en 1959, hasta el punto que
permitió recientemente la instalación de una sede de la sanguinaria
organización Alpha 66.
La capital española, administrada actualmente por el derechista
Partido Popular (PP), ha financiado y promovido desde el inicio de
los dos mandatos del expresidente del Gobierno, José María Aznar
(1996-2004), a cuanto grupo o persona dice llamarse opositora del
Gobierno y pueblo de la nación caribeña.
Un nuevo paso en esa escalada agresiva hacia Cuba acaban de dar
las autoridades madrileñas, al admitirle a la conocida organización
extremista Alpha 66 tener una representación allí, en evidente
contradicción con la lucha que libra España contra el terrorismo.
Es bien sabida la historia violenta de Alpha 66, creada en la
ciudad norteamericana de Miami hace más de 50 años y subvencionada
por los sucesivos regímenes de Washington, con el propósito de
materializar actos terroristas contra Cuba, incluidos atentados
contra la vida de Fidel Castro.
La estela de sangre dejada por ese grupo, no solo en Cuba, sino
también en otros países latinoamericanos, es de igual forma conocida
en el mundo; sin embargo, en Madrid acaba de ser reconocida como una
organización de derechos humanos, en clara conducta ofensiva hacia
la Mayor de las Antillas y las leyes internacionales.
Tal decisión del PP se corresponde con su histórica agresividad
hacia la Revolución cubana, acentuada después que Aznar llegó al
poder en 1996, quien previamente recibió cuantiosas contribuciones
financieras procedentes de la mafia cubanoamericana de Miami para su
campaña electoral.
Llama la atención que la legalización de Alpha 66 en Madrid
ocurre a pocas semanas de la celebración de nuevos comicios
generales en España, para los cuales varias encuestas auguran como
eventual vencedor al ahora opositor PP.
Entonces, cabría preguntarse si la mafia miamense cubanoamericana
le ha aportado otra vez a la derecha española sumas importantes de
dinero para su campaña electoral, y si la referida organización
terrorista ha sido una de las "donantes".
Cierto es que la conexión anticubana Miami-Madrid se ha
intensificado en los últimos años, y que la capital de la nación
ibérica se ha convertido en la cueva europea de reconocidos mafiosos
y terroristas de origen cubano que, sin escrúpulo alguno, viven del
contribuyente español.