"Cada día me siento más motivado", afirma con énfasis este hombre
muy conocido en Las Tunas, por su natural capacidad de relacionarse
con todos y echar raíces en los cimientos populares de la ciudad.
"Tengo la impresión de que se conoce muy poco aún acerca del
gestor-cobrador —opina mientras ojea un grupo de documentos— y tal
vez por eso sea menor la cantidad de personas que optan por esta
alternativa de trabajo por cuenta propia, especializada precisamente
en atender las cuentas ajenas.
"Nosotros no solo cobramos a pie de hogar las obligaciones
fiscales del contribuyente (personas naturales) y depositamos en el
banco el dinero correspondiente; también entregamos citaciones y
avisos, trasmitimos informaciones u orientaciones de interés
tributario, ayudamos a que se conozcan las modificaciones o la
aplicación de nuevas medidas¼
"Es, en fin, un trabajo que requiere bastante dedicación,
seriedad, responsabilidad, conocimiento, actualización y capacidad
para persuadir, ofrecer un adecuado asesoramiento y lograr que se
cumpla lo establecido".
—¿Qué ventajas tiene esta labor para el contribuyente?
"En primer lugar, se libera de gestiones y de trámites en los que
tendría que invertir un precioso tiempo. Considero que de algún modo
también se benefician entidades y organismos con los cuales
interactuamos, como la Oficina de Administración Tributaria (ONAT),
el propio Banco y las direcciones del Ministerio de Trabajo, porque
las acciones se organizan mejor, hay más integración y al final
afloran los resultados".
—¿Cuánto te aporta este empleo?
"Mucho. Ante todo, me mantengo activo en algo útil, provechoso y
necesario para el país. Ayudo a personas laboriosas y agradecidas.
Y, por supuesto, recibo ingresos económicos que complementan lo que
me llega mediante la chequera", y por los cuales paga sus tributos.
"Eso no quiere decir que el trabajo sea fácil. Comencé con unos
30 contribuyentes y en estos momentos tengo alrededor de 140
(atiende a un barbero, un ponchero, un zapatero remendón, un
reparador de bicicletas, tres invidentes, un desmochador de palmas,
entre otros). Hay gestores jóvenes que atienden una cifra mucho
mayor. De cualquier modo, es una labor que requiere esfuerzo y
seriedad. Lo sabemos todos (aproximadamente 15 en el municipio de
Las Tunas), desde Carlos Eugenio López Peña, el más joven, hasta
Tulio Kairuz: decano de los gestores en la provincia".
—¿Algún temor de que se sumen otras personas al oficio?
"Ninguno. Hay contribuyentes para todos. Pienso, incluso, que se
necesitan más hombres y mujeres en esta actividad, porque nuevos
ciudadanos se suman al trabajo por cuenta propia y —además de la
insuficiente cultura tributaria— necesitan aliviar trámites de pago
y depósito en banco, orientarse mejor o recibir ayuda para entender
documentos cuya redacción no siempre es clara para todos".
Después de cuatro años desandando los recovecos de su barrio y
otros de la ciudad, Ojeda Suárez agradece cada día la sugerencia
para emprender los pasos de gestor-cobrador.
Pocas veces, afirma Juanita Bello, su esposa, lo vio tan animado.
Por ello, lejos de sorprenderse a finales de diciembre del pasado
año, sintió satisfacción al verlo inclinado sobre la mesa,
preparando con entusiasmo la tarjeta que le haría llegar a sus
contribuyentes para desearles mucha prosperidad en el 2011, y feliz
cumplimiento de sus deberes con el fisco.