TRÍPOLI. — Fuerzas leales a Muamar El Gadafi, quien a través de
su portavoz acusó a Francia y Gran Bretaña de colonizar Libia,
entablaron este viernes intensos combates con los rebeldes y los
obligaron a replegarse de Sirte.
Reportes desde la ciudad natal de El Gadafi, situada en la costa
mediterránea al oriente de Trípoli, indicaron que los irregulares
subordinados al Consejo Nacional de Transición (CNT) lograron
adentrarse por los flancos este, oeste y sur de la localidad.
Pese a estar apoyados por aviones de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN), la tenaz resistencia de civiles y
militares atrincherados en Sirte hizo que los sublevados
retrocedieran y mantuvieran escaramuzas en las afueras y algunas
zonas de la urbe.
Algunas fuentes señalaron que el fuego de francotiradores fue la
principal causa del repliegue opositor, además de que entre los más
de 100 mil habitantes de Sirte hay muchos con formación militar que
pertenecieron a brigadas de élite progubernamentales.
Estimados preliminares situaron en 11 muertos y 34 heridos las
bajas del CNT el jueves, cuando los insurgentes hicieron su primera
entrada en la zona, sin conseguir tomar la ciudad.
Testigos apuntaron que la mayor parte de los refuerzos de los
alzados proviene de Misratah para preparar una ofensiva coordinada
que les permita avanzar, pero también tienen que destinar hombres
para combatir en Bani Walid, otro bastión de El Gadafi en pleno
desierto.
La situación militar permanece estancada en Bani Walid, 150
kilómetros al sureste de esta capital, dado que la resistencia de
los pro-Gadafi también impidió a los rebeldes hacerse con su total
control.
El asalto del jueves a Sirte coincidió con la visita a Trípoli y
Benghazi del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y del primer
ministro de Gran Bretaña, David Cameron, para publicitar su respaldo
a los líderes del CNT y su compromiso de mantener la agresión de la
OTAN.
A raíz de ese viaje sin previo anuncio, el portavoz de El Gadafi,
Moussa Ibrahim, declaró anoche que Sarkozy y Cameron "marcaron el
comienzo de un proyecto de colonización" de esta nación petrolera.
En declaraciones por teléfono al canal sirio Ar Rai, Ibrahim
afirmó que los dos gobernantes "están apurándose para recoger los
frutos de la caída de Trípoli porque obviamente temen la llegada de
los estadounidenses y de otros países que desean una tajada del
pastel".
"Ellos se apuraron en ir a Trípoli para hacer acuerdos secretos
con los colaboradores y traidores, y para tomar el control del
petróleo y las inversiones bajo el pretexto de la reconstrucción",
añadió el vocero sin revelar desde donde hablaba.
Subrayó que los mandatarios francés y británico, junto a los
demás miembros de la OTAN, "hablan ahora de la construcción de Libia
por cientos de miles de millones de dólares, (pero) la destruyeron
para reconstruirla con el dinero de los libios".