Japonesas hicieron salir el sol en Estambul

Harold Iglesias Manresa

A pesar de que Estambul está lejos del Oriente, las gladiadoras niponas han hecho salir el sol en el coliseo Sinam Erdem. Inspiradas por el octavo cetro de la extraclase Hitomi Sakamoto (48 kg), ayer sus coequiperas Sarori Yoshida (55) y Kaori Icho (63) también se ciñeron coronas, en jornada en la que unas pocas se libraron del poderío asiático.

Solo la ucraniana Dana Vasylenko (59) pudo escapar del feroz llavear de las niponas, aunque en esa división Takako Saito salvó la honrilla con su bronce, metal reservado también para la azerbaijana Sona Ahmadli, en tanto la sueca Sofia Mattsson se colgó la plata.

Retomando el camino de las japonesas, Yoshida venció en sus cinco pleitos, incluido el cerrado combate final frente a la experimentada canadiense de 34 años Tonya Verbeek (1-0, 2-2, 3-2). Se llevaron los bronces aquí la ucraniana Tetyana Lazareva y la sueca Ida Nerell.

Icho estuvo igualmente dominante, impecable más bien, pues le asestó 31 puntos a sus rivales sin permitir ninguno en contra. Ganó seis peleas, incluida la definición frente a la húngara Marianna Sastin. Los terceros lugares para Nasanburmaa Ochirbat (Mongolia) y Ruixue Jing, de China.

Hoy, quizá el sol esté de nuestro lado, pues al colchón subirá con 19 años avalado por su bronce en la edición precedente de Moscú, el matancero Frank Chamizo (55 kg estilo libre), quien abrirá tratando de desbalancear al indio Rahul Aware.

 

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