La
economía puertorriqueña, magnificada de modo artificial para
presentarla otrora como modelo para América Latina, recorre hoy un
camino irreversible hacia el deterioro total, a menos que el país
salga del dominio colonial de Estados Unidos.
El analista Carlos Gallisá alertó de que en esta isla del Caribe
de 3,8 millones de habitantes se evidencia "el colapso de un sistema
económico y político".
Destacó que el control que ejerce Estados Unidos sobre la
inmigración, la aduana y la transportación de mercancía mediante las
Leyes de Cabotaje imposibilita a Puerto Rico moverse en un escenario
de competitividad económica.
"Tampoco tenemos la capacidad de hacer tratados comerciales",
apuntó quien fuera secretario general del ya desaparecido Partido
Socialista Puertorriqueño (PSP, marxista-leninista).
Gallisá manifestó que el inversionista extranjero no se mueve
porque le ofrezcan exención contributiva, pues eso no le garantiza
nada, porque lo que quieren es ganancia.
"Ni siquiera para el mercado estadounidense, Puerto Rico tiene
atractivo (debido a la) falta de poder político, que incide en la
cuestión económica", insistió.
Rechazó la política de "gritar una consigna de empleo, empleo,
empleo", como hace el senador Alejandro García Padilla, presidente
del Partido Popular Democrático (PPD), principal de oposición y
defensor del ELA, o los propios funcionarios del gobernante Partido
Nuevo Progresista (PNP), anexionista.
"El Congreso estadounidense nunca ha legislado pensando en Puerto
Rico; nosotros solo cogemos lo que se cae de la mesa", ilustró
Gallisá.
El también analista Néstor Duprey destacó "la falta de estructura
tecnológica" para sacar al país caribeño de su atolladero, aparte de
que "más allá de llorar o buscar (dádivas) en el Congreso" nadie
está pensando en verdaderas soluciones a la crisis".
Por otra parte, el abogado anexcionista Ignacio Rivera al
sostener que Puerto Rico ha perdido su fuente productiva con la
eliminación hace unos años de la sección 936 del Código de Rentas
Internas de Estados Unidos, que beneficiaba a las empresas
norteamericanas que se establecía aquí.
"A menos que alguna ecuación reemplace eso, vamos a estar bajando
en nuestra economía hasta llegar al nivel real, que es similar a la
de Santo Domingo, (pues aunque) tenemos la inyección federal, no
estamos produciendo", dijo Rivera.
El antiguo agente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de
Estados Unidos) expresó en un programa radial que una de las razones
para que Washington privilegiara a Puerto Rico, para presentarlo
como vitrina para América Latina, era la existencia de la Unión
Soviética.
"En 1991 se acaba la Unión Soviética, llevamos todo este tiempo
sin el cuco de la Unión Soviética, y Estados Unidos comienza a hacer
pactos en los que concede privilegios a México y Canadá", dijo
Por ello "Puerto Rico empieza a perder las ventajas competitivas
que tenía antes", apuntó al criticar a los políticos puertorriqueños
ante sus vanos ofrecimientos de crecimiento económico.
Refirió que en los últimos años Washington ha dado a otros países
de la región, como República Dominicana y Costa Rica, privilegios
que antes reservó para Puerto Rico, que tuvo como espina dorsal en
la economía "las empresas 936, incluidas algunas farmacéuticas que
de tener 11 mil empleados ahora tienen dos mil, y van para cero".
Rivera reconoció que bajo las actuales condiciones el Congreso
norteamericano no tiene ningún interés en hacer de Puerto Rico un
territorio incorporado como antesala a la plena anexión.
La falta de soberanía del actual Estado Libre Asociado (ELA)
impide establecer tratados con otras naciones, por lo que "si se
hace una aspirina aquí, hay que venderla en Estados Unidos", añadió.
Coincidió en el falso triunfalismo de la administración del
gobernador de Puerto Rico, Luis G. Fortuño, al querer proyectar una
recuperación económica mediante la alegada creación de "miles de
empleos".
"Todos sabemos que no es verdad y en este momento crítico de
Puerto Rico no hay espacio para la demagogia; el problema es que en
las colonias la verdad pasa en segundo plano y vivimos en un
espejismo", expresó Rivera al considerar que en el país "no hay
dirección: somos como un corcho que va al garete".