La recién promulgada ley para utilizar en instituciones del
Estado bienes de procedencia ilícita decomisados tiene hoy su
primera expresión práctica en Guatemala.
Dos juzgados emitieron sendas sentencias en relación con la Ley
de Extinción de Dominio y autorizaron el uso de más de 700 mil
dólares antes pertenecientes al crimen organizado.
Esa suma la incautó la Policía Nacional Civil en dos momentos
distintos a ciudadanos, uno de ellos colombiano, que pretendían
sacar el dinero del país sin declararlo por el aeropuerto
internacional capitalino.
La decisión judicial se basa en la procedencia ilegal de ese
efectivo presumiblemente en casos de blanqueo, por lo cual será
enviado al Consejo de Extinción de Dominio, creado para poner en
práctica la norma, advirtió Prensa Latina.
De acuerdo con lo divulgado, en breve ese ente lo repartirá entre
el Ministerio Público (MP), la Corte Suprema de Justicia, el
Ministerio de Gobernación y la Procuraduría General de la Nación (PGN).
La Ley, cuya vigencia data del pasado 29 de junio, permite la
propiedad y uso de bienes confiscados a quienes los acumularon por
delitos de corrupción o comunes como la estafa.
También incluye los característicos del crimen organizado, de
ellos secuestros, extorsiones y tráfico de estupefacientes.
Esa herramienta legal, aprobada por el Congreso en diciembre de
2010, otorga diversos porcentajes de lo decomisado a organismos e
instituciones de los poderes del Estado para invertirlos en su
gestión.
De tal manera, el 25 por ciento irá a los fondos privativos del
Organismo Judicial, el 20 por ciento cubrirá los gastos de las
unidades especiales de investigación e igual cantidad será destinada
al MP.
De 18 por ciento dispondrá la cartera de Gobernación, de 15 la
Secretaría Nacional de Administración de Bienes en Extinción de
Dominio y del restante dos la PGN.
Antes de que los diputados aprobaran la norma, lo capturado en
operaciones contra ciertas actividades ilícitas, sobre todo el
narcotráfico, quedaba paralizado sin tener un destino utilizable,
mientras las autoridades penaban por beneficiarse con ellos.
Entre esos bienes están propiedades muebles e inmuebles,
vehículos, dinero en efectivo y armas que ahora podrán destinarse a
combatir los actos criminales, entre otros.