YOEL TEJEDA PÉREZ

Constancia, sacrificio y superación personal son tres factores que ha sabido mezclar con éxito la santiaguera Oyanaisy Gelis González en su andar por el baloncesto, deporte que practica desde los 7 años tras incursionar en el atletismo a los 3, estimulada por unos padres que pertenecían a la familia del deporte rey.

Oriunda del reparto Abel Santamaría, en tierra indómita, la joven de 27 años (11 en la selección nacional) reconoce que su pasión por los encestes surgió cuando observó a Liset Castillo y Margarita Skeet en partidos transmitidos por la televisión.

Comenzó a familiarizarse con el balón en un área del seminternado Raúl Gómez García, donde estudiaba de pequeña en momentos en que sufría crisis consecutivas de asma, calmadas con la práctica deportiva.

Nadie le ha dado tanto seguimiento a su actuación en el alto rendimiento como el director técnico Alberto Zabala: "Es en estos momentos la líder del equipo, por el excelente nivel técnico que ha adquirido. Estamos haciendo un trabajo serio con ella en los tiros libres, pues por su habilidad recibe muchos golpes del contrario, por ello tiene que seguir mejorando en ese aspecto. Le estamos creando situaciones dentro de la táctica del conjunto para que aumente las posibilidades de anotar. Tira bien con ambas manos. Es el cerebro del quinteto y cuando ella juega bien, sus compañeras también".

Aunque nos desempeñábamos en la misma posición, a Liset Castillo eso no le preocupaba, ella me indicaba cómo debía hacer las cosas.

Me las enseñaron el entrenador Arnaldo Santos Cisneros, de la EIDE de Santiago de Cuba, y Zabala. Hace varios años, al lesionarme el hombro derecho, no podía tirar con esa mano, entonces comencé a emplear la zurda; hoy lanzo con una y otra.

Ser más ofensiva. Eso fue lo que me llevó al equipo nacional.

En los tiros libres y la media distancia. No intento mucho desde fuera del perímetro por los problemas en el hombro.

Estamos entrenando con intensidad para buscar el boleto a los Olímpicos de Londres 2012, porque estamos convencidas de poder lograrlo, si nos unimos y jugamos como hasta ahora.

El contraataque es el punto sólido, las dificultades están en el rebote, al dormirnos en ocasiones bajo las tablas y ser uno de los países de menor talla en el área. La defensa está muy bien, pero en los disparos libres a veces nos afecta la falta de concentración.