Las protestas estudiantiles en Chile se producen en un contexto
mundial donde los liderazgos de partidos políticos han cedido
espacio al sentir de la amplia mayoría de la sociedad.
En esta nación suramericana, el alumnado de las universidades y
la enseñanza media no sólo patentiza sus reivindicaciones por una
cambio profundo en la Educación, sino que han removido el agónico
modelo neoliberal impuesto desde hace unos 30 años, reporta Prensa
Latina.
Sus reclamos, apoyados por el 80 por ciento de la población según
encuestas, no están encabezados por ninguna agrupación política, más
allá de las coincidencias en las aspiraciones.
De acuerdo con el cantautor Francisco (Pancho) Villa, los
estudiantes superaron los vicios y el liderazgo de los partidos
políticos para hacer de Chile un país diferente, donde ellos tienen
el rumbo del nuevo destino.
De igual modo, la escritora Isabel Allende aseguró que los
jóvenes están haciendo una revolución cultural. Están los Indignados
en España, el desencanto demostrado con los disturbios en
Inglaterra. Simplemente, hoy no hay líderes políticos".
La autora de la novela De amor y de sombra considera que en Chile
"la alternativa de una educación de calidad y gratuita es una
demanda básica. Y el lucro es parte del sistema neoliberal, que ya
no funciona.
Para Allende, quien salió de Chile en 1975, en los albores de la
dictadura militar de Pinochet (1973-1990), lo que está ocurriendo es
la punta del iceberg, porque el tema de fondo es la desigualdad de
oportunidades".
En los últimos tres meses se han intensificado los reclamos del
estudiantado chileno que pasan por una reforma constitucional, de
manera que la educación quede establecida como un derecho, un bien
público.
Sin dudas, para el acaudalado gobierno, significará elevar
considerablemente los impuestos a las empresas del cobre y a otras
grandes compañías.
Los jóvenes exigen la desmunicipalización de la educación pública
y que pase a ser controlada por el Estado de manera descentralizada.
Demandan el fin del lucro en establecimientos educacionales que
reciben recursos del Estado como universidades, institutos
profesionales, centros de formación técnica y también colegios y
liceos que tienen subsidios.
También, la reducción de las desigualdades en los institutos
públicos, y cortar las abultadas deudas con las que quedan los
universitarios al culminar sus carreras.
Hasta dentro del propio Gobierno de Sebastián Piñera, algunos
legisladores reconocen la legitimidad de las demandas estudiantiles,
lo cual no quiere decir que se pongan de su lado.
El diputado y jefe de bancada del oficialista Renovación
Nacional, Cristián Monckeberg, admitió que las tasas de interés para
los créditos universitarios son muy altas, incluso más altas que la
tasa de interés de créditos hipotecarios".
Lo peor de todo, dijo a un medio de prensa local, es que hay una
diferencia y una desigualdad tremenda", respecto de los créditos de
universidades tradicionales que tienen tasas "más razonables" que
las privadas.
El diputado del partido de la alianza gubernamental, dijo no
obstante, que "pensar en educación gratis es absolutamente
imposible, y si no imposible es muy difícil de lograr hoy día en
Chile, y no creo que sea lo más conveniente".
Cansados e indignados, los estudiantes advierten que un
plebiscito para que sea la sociedad en su conjunto quien decida el
cambio, es la salida.
Camila Vallejo, la presidenta de la Federación de Estudiantes de
Chile, Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes
de la Universidad Católica, por citar algunos nombres, se erigen
como líderes por la fuerza de los reclamos.
Al movimiento estudiantil se sumaron sus familiares, el Colegio
de Profesores, artistas, mineros, ambientalistas y un amplio abanico
de sectores sociales.
Se trata de una novedosa movilización con pocos precedentes la
cual, sin embargo, ha despertado las viejas tretas de un gobierno
derechista que parece estar en su ocaso, apoyado solo por el 26 por
ciento de la población.
La represión, la falta de respuestas concretas y un claro temor
al cambio de un modelo de Educación basado en el mercantilismo, es
el tablado que resucita la administración de Piñera para hacer
frente a las demandas.
"Chile está viviendo las jornadas de protestas más grandes que
han tenido lugar en la historia reciente" aseguró el cantautor
Villa, quien denunció que ante esta realidad "el gobierno no muestra
ni el más mínimo de sensibilidad".
Los jóvenes están renovando la memoria histórica del pueblo
chileno ensombrecida por el régimen pinochetista.
Ahora, juntos en asambleas, analizan su cronograma de lucha, sus
indeclinables demandas y rechazan cualquier diálogo con el Gobierno
que los lleve a la posición cero.