En un texto amplio fechado desde Miami, la agencia de prensa
española EFE da la palabra al terrorista y exagente CIA Luis Posada
Carriles, asilado en Estados Unidos, a pesar de ser reclamado en
Venezuela por la muerte de 73 personas que volaban en una aeronave
de Cubana de Aviación en octubre de 1976.
"Los días del Gobierno cubano están cerca de su fin", declaró el
asesino lanzando insultos. Aprovechando la oportunidad, Posada
Carriles arremetió contra la Revolución bolivariana al afirmar que
"hay muchos venezolanos pidiendo un cambio".
"Estoy en lo mismo", dice el terrorista protegido por la mafia
cubanoamericana y sus representantes en Washington. "Me siento
tranquilo con lo que hice y con lo que estoy haciendo".
No es la primera vez que Posada, a quien la administración
norteamericana protege, lanza ataques políticos desde su territorio.
Él, con Orlando Bosch, ordenó la destrucción en pleno vuelo de un
avión cubano en 1976. Participó luego en las operaciones de tráfico
de droga por armas en El Salvador, una actividad orientada por el
gobierno de Reagan y la CIA que provocó el escándalo Iran-contra.
Luis Posada Carriles tiene un sangriento historial que va desde
su probable participación en la conspiración para asesinar al
presidente norteamericano John F. Kennedy, hasta su apoyo a
numerosos intentos de magnicidios, años de trabajo como sicario de
varios regímenes represivos de Centroamérica y la organización de
atentados en Cuba por cuenta de la Fundación Nacional
Cubano-Americana de Miami.