El gato con botas, Los tres cerditos, La caperucita
roja, Blanca Nieves y los siete enanitos llegaron al
Pabellón Cuba, sede de la Feria Arte en La Rampa, en la voz y la
musicalidad de la compositora e intérprete cubana Rosa María Campo
Pérez y los integrantes de su actual proyecto Los niños de Bis
Music.
Ante un público integrado fundamentalmente por niños, la Tia
Rosa, como se le conoce en Cienfuegos, presentó, entre risas y
corcheas, su más reciente disco Trocacuentos, producido por
Bis Music.
La tarde resultó un agradable encuentro con los personajes de
estos cuentos, que fueron contados por la cantautora con gran
ingeniosidad artística y entregados alegremente a la grey presente,
a la que, poco a poco, fue llevando como en un carrusel a compartir
sus fantásticas historias basadas en clásicos de la literatura
infantil.
Hubo risas, asombros y muchas, muchas canciones que se fueron
prendiendo en la memoria y en el corazón de los niños y de sus
padres, los que tampoco pudieron sustraerse de la alegría de esta
mujer-canción y compartieron con sus hijos las travesuras de la Tía
Rosa y su gato con botas, de la Caperucita Roja y los tres cerditos
y hasta odiaron a la malvada bruja que envenenó a Blanca Nieves por
envidia a su belleza.
Autora de canciones como Maní y Chivirico, la
espirituana Rosa Campo alcanzó en el 2000 el premio Cubadisco al
mejor disco de música infantil con el CD Amanecer feliz,
grabado en 1999 y editado también por Bis Mic. Un año después
recibió los premios El Reparador de Sueños y Los Zapaticos de Rosa,
máximas distinciones que otorga la Organización de Pioneros José
Martí. Desde hace años desarrolla entre los cienfuegueros los
proyectos culturales infantiles Los Chicuelos del Mar
Trocacuentos, El rincón de la Tía Rosa, Amanecer Feliz
y Parampampín, estos dos últimos en la radio y la televisión
respectivamente, entre otros. En su discografía se incluyen además
los fonogramas Parampampín y Tía Rosa, en el 2002
(este Cd fue igualmente en el Cubadisco 2003, el premio en la
categoría de música infantil) e Imagino que¼ un disco que
compendia canciones de discos anteriores y se acompaña con un libro
para colorear.
"Me siento una artista dichosa al poder servir a los niños y a la
familia cubana", expresó Rosa Campo, muy satisfecha con este disco
en el que se teje una historia en la que sus personajes dialogan
cantando. Este disco y los anteriores de esta artista se venden en
la Feria Arte en La Rampa.
Para los niños, dijo, espera trabajar siempre con el mismo amor
porque como dijo Martí: "Los niños son la esperanza del mundo". Con
su guitarra-sombrero, la Tía Rosa se despidió del público presente
anunciando que próximamente dará a conocer nuevos proyectos,
mágicos, contados y cantados, en forma de discos o simplemente así,
de la mano de su guitarra y de su corazón.