Contar y cantar con la Tía Rosa

RICARDO ALONSO VENEREO

El gato con botas, Los tres cerditos, La caperucita roja, Blanca Nieves y los siete enanitos llegaron al Pabellón Cuba, sede de la Feria Arte en La Rampa, en la voz y la musicalidad de la compositora e intérprete cubana Rosa María Campo Pérez y los integrantes de su actual proyecto Los niños de Bis Music.

Ante un público integrado fundamentalmente por niños, la Tia Rosa, como se le conoce en Cienfuegos, presentó, entre risas y corcheas, su más reciente disco Trocacuentos, producido por Bis Music.

La tarde resultó un agradable encuentro con los personajes de estos cuentos, que fueron contados por la cantautora con gran ingeniosidad artística y entregados alegremente a la grey presente, a la que, poco a poco, fue llevando como en un carrusel a compartir sus fantásticas historias basadas en clásicos de la literatura infantil.

Hubo risas, asombros y muchas, muchas canciones que se fueron prendiendo en la memoria y en el corazón de los niños y de sus padres, los que tampoco pudieron sustraerse de la alegría de esta mujer-canción y compartieron con sus hijos las travesuras de la Tía Rosa y su gato con botas, de la Caperucita Roja y los tres cerditos y hasta odiaron a la malvada bruja que envenenó a Blanca Nieves por envidia a su belleza.

Autora de canciones como Maní y Chivirico, la espirituana Rosa Campo alcanzó en el 2000 el premio Cubadisco al mejor disco de música infantil con el CD Amanecer feliz, grabado en 1999 y editado también por Bis Mic. Un año después recibió los premios El Reparador de Sueños y Los Zapaticos de Rosa, máximas distinciones que otorga la Organización de Pioneros José Martí. Desde hace años desarrolla entre los cienfuegueros los proyectos culturales infantiles Los Chicuelos del Mar Trocacuentos, El rincón de la Tía Rosa, Amanecer Feliz y Parampampín, estos dos últimos en la radio y la televisión respectivamente, entre otros. En su discografía se incluyen además los fonogramas Parampampín y Tía Rosa, en el 2002 (este Cd fue igualmente en el Cubadisco 2003, el premio en la categoría de música infantil) e Imagino que¼ un disco que compendia canciones de discos anteriores y se acompaña con un libro para colorear.

"Me siento una artista dichosa al poder servir a los niños y a la familia cubana", expresó Rosa Campo, muy satisfecha con este disco en el que se teje una historia en la que sus personajes dialogan cantando. Este disco y los anteriores de esta artista se venden en la Feria Arte en La Rampa.

Para los niños, dijo, espera trabajar siempre con el mismo amor porque como dijo Martí: "Los niños son la esperanza del mundo". Con su guitarra-sombrero, la Tía Rosa se despidió del público presente anunciando que próximamente dará a conocer nuevos proyectos, mágicos, contados y cantados, en forma de discos o simplemente así, de la mano de su guitarra y de su corazón.

 

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