El tsunami que afectó a Japón el 11 de marzo último quebró un
iceberg en la Antártida que, según los registros históricos, no
había sufrido daño alguno en 46 años, difundió la revista Journal of
Glaciology.
Unas 18 horas después del sismo, Brunt Kelly, especialista de la
criosfera en el Goddard Space Flight Center en Greenbelt, Maryland;
Emile Okal, de la Universidad de Northwestern, y Douglas MacAyeal,
de la Universidad de Chicago, observaron en tiempo real el efecto
del tsunami a 13 mil 600 kilómetros de distancia, reporta Prensa
Latina.
Enormes trozos de hielo se desprendieron del glaciar Sulzberger
tras el sismo de nueve grados en la escala abierta de Richter.
En ocasiones anteriores, se habían visto desprendimientos de
hielo en los icebergs, pero la causa era desconocida.
Esta vez los expertos sabían que el potente tsunami iba a causar
grandes olas, por lo que en esa oportunidad contaban con una fuente
de primera mano que les permitió anticipar las consecuencias y
observar.