El ejercicio físico puede convertirse en parte integral de los
tratamientos contra el cáncer, proponen especialistas británicos que
desestiman la recomendación vigente de descansar y tomarse las cosas
con calma.
Investigadores de la institución de beneficencia británica
Macmillan Cancer Support sostienen que estos pacientes deben
encontrarse más activos porque ello previene la formación de
coágulos, reporta Prensa Latina.
Entre dos horas y dos horas y media de ejercicio es un buen
tiempo para realizar esa actividad de forma moderada, subrayaron los
expertos.
Otros beneficios es que la práctica física aumenta la masa
muscular, mejora la densidad ósea y ayuda a superar efectos de los
tratamientos oncológicos como la fatiga, la depresión y la ansiedad.
Los consejeros médicos de Macmillan señalan que de los dos
millones de personas que han sobrevivido al cáncer en el Reino
Unido, un millón 600 mil no son lo suficientemente activos.
Aclaran además que la práctica de ejercicios se recomienda según
las condiciones en que se encuentra el paciente, porque existen
ciertas excepciones que se deben tener en cuenta.
Un individuo con metástasis ósea o con pérdida de masa ósea no
debe tener actividades de mucho contacto.
Algo similar sucede con un enfermo que tenga bajo conteo de
glóbulos rojos o con un agravamiento de los síntomas del mal.
La seguridad de los ejercicios dependerá del estado físico en que
se encontraba la persona antes de ser diagnosticada, del tipo de
cáncer y tratamiento, de los efectos secundarios de éste último, de
los síntomas y de la edad del paciente", precisó Jo Forster,
responsable de actividad física de Macmillan.