El Gobierno español descartó hoy la necesidad de un rescate
externo, pese la intervención del Banco Central Europeo (BCE) para
comprar bonos y proteger las finanzas del país del encarecimiento de
préstamos.
En un intento por llevar los costos de financiación a niveles más
sostenibles, el BCE continuaba este martes la compra de los pasivos
español e italiano, ambos estados sacudidos por sus elevadas deudas
públicas, advirtió Prensa Latina.
La vicepresidenta y ministra de Economía del país ibérico, Elena
Salgado, confirmó que la deuda total es de unos 680 mil millones de
euros, casi 64 por ciento del Producto Interno Bruto.
Esa cifra representa 20 puntos porcentuales por debajo del
promedio en la Unión Europea y la mitad del de Italia, y muestra que
España esta lejos de necesitar un rescate como el recibido por otros
países de la Eurozona: Grecia, Irlanda y Portugal, aseguró Salgado.
Para el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, la actual
situación de los mercados europeos constituye la peor crisis desde
la Segunda Guerra Mundial y pudo ser la más grave desde la Primera
si los líderes no hubieran tomado decisiones importantes, agregó.
Por su parte, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el partido
liberal alemán (FDP), ambos de la coalición oficialista, propusieron
a España e Italia ejecutar privatizaciones o vender parte de las
reservas de oro para atajar su deuda pública.
El Gobierno de Roma, de su lado, busca un pacto global de
estabilidad y crecimiento con sindicatos y empresarios, en un
intento por calmar dudas de los mercados.
La elevada deuda italiana, que ronda el 120 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB), genera especulación de los mercados,
temerosos también de un rescate externo.