El
área boscosa cubre el 26,2 % de la geografía de Cuba, efecto de la
política nacional hacia el desarrollo sostenible, informó Gisela
Alonso Domínguez, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente.
Cerca de la mitad de las arboledas son de protección de la
naturaleza, el 31 % corresponde a la producción maderable
principalmente y el 21,7 % a la conservación, explicó la
especialista durante la Convención Internacional sobre Medio
Ambiente y Desarrollo.
Opinó que el crecimiento paulatino de la floresta de la Isla
obedece —en lo fundamental— a la aplicación de un programa nacional
de reforestación y uso racional de la tierra.
Cuando triunfó la Revolución en 1959, la superficie boscosa
apenas alcanzaba el 14 % de la geografía cubana, predominaba la
producción agropecuaria extensiva; las aguas, el relieve y la
vegetación se caracterizaban por su degradación y no se trataban los
residuales, de acuerdo con estadísticas.