Batallón ferroviario Granma-Las Tunas
Una locomotora de la recuperación
Dilbert Reyes
Rodríguez
Por los trenes que ya alcanzan velocidades de hasta 80 kilómetros
por hora en unos cuantos tramos, es fácil demostrar que el batallón
ferroviario 506 Granma-Las Tunas, del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT),
no pierde el tiempo ni el horizonte de su misión principal.
Carlos
Manuel y Luis Ángel, sobrecumplir es la norma diaria.
La efectiva labor de mantenimiento y reparación de 45 kilómetros
de vías, logradas en solo la mitad de un año con un plan de 70,
indican también que la disciplina y la productividad del trabajo son
las premisas del ajetreo diario de un grupo grande de muchachos, de
apenas 20 años, que llevan sobre sus espaldas el peso fundamental de
la rehabilitación ferroviaria en esta parte de Cuba.
Los 13 pelotones que conforman las tres compañías del batallón,
están repartidos en campamentos en zonas de Río Cauto, Bayamo y
Veguitas, en la provincia de Granma; mientras en Las Tunas están
distribuidos en el municipio cabecera y localidades de Jobabo,
Vázquez y Puerto Carúpano.
EL TRABAJO COMO NORMA
Nadie osaría poner en duda el inmenso esfuerzo físico de la tarea
que empieza con el amanecer, "pero el agotamiento severo fue solo al
inicio, luego nos acostumbramos y hoy nadie nos señala por una norma
incumplida", se apura a precisar Carlos Manuel Corredera, aspirante
a ingeniero y uno de los más productivos de un pelotón bayamés.
Su compañero Luis Ángel Suárez, de 18 años, le subraya que esa
norma diaria, asumida por la mayoría de los soldados, es
sobrecumplir los 25 metros, sea de limpieza de la franja lateral o
de acomodamiento del balastro (piedra), "aunque preferimos la chapea
a machete de los 15 metros a cada lado, porque estar doblado un día
entero con el pico arrastrando piedras es más agotador".
El mayor Ángel David Castillo, segundo jefe del 506, explicó que
del trabajo de sus efectivos, reciben beneficios la parte de la vía
central nacional en territorio tunero, y el ramal granmense que se
desprende hacia Bayamo, y llega a Manzanillo y Jiguaní.
"De igual modo, la rehabilitación ferroviaria incluye el
patrimonio de la industria azucarera, los patios de carga, las vías
del transporte público (la carata de Vázquez) y para operaciones de
puerto, en el caso de Carúpano", señaló.
Con la asesoría permanente de los especialistas de la Dirección
de Vías, Obras y Comunicaciones (VOC) en ambas provincias, los
muchachos del 506 han aprendido a hacer de todo y hacerlo bien,
desde la limpieza, hasta el montaje y ajuste de traviesas, cambio de
raíles, alineación, nivelación y calzado.
"En el VOC hay una gran satisfacción con la dedicación y calidad
de la labor de los muchachos. Llegan en la mañana y enseguida
preguntan: Oiga, ¿qué es lo mío para hoy?, y al cabo de siete horas
(una de traslado) ya han hecho más de lo planificado", asevera
Rogelio Morales, técnico del VOC en Granma.
"La calidad de la ejecución y la especialización de algunos
pelotones han llegado a tal punto, que varios de nuestros
campamentos, sobre todo en Las Tunas, son de los primeros en ser
solicitados ante contingencias como descarriles, accidentes e
incluso reparaciones de obras de envergadura como los puentes",
insiste el mayor Castillo.
SUDOR Y DISCIPLINA
Tantas palabras de aprobación sobre los muchachos del 506 del EJT,
explican que cada gota de sudor y hora de trabajo están bien
invertidas, y para el teniente coronel Guillermo Columbié, jefe del
batallón, "eso también es disciplina, la clave de nuestra
estabilidad en los resultados productivos".
Expresada en números, la buena obra puede medirse en la
productividad diaria que varía entre 140 y 150 %, o en el salario
que, de un básico de 275, alcanza en la mayoría de los soldados 700
u 800 pesos mensuales.
Sin embargo, más allá de lo contable, el éxito también se nota en
la conducta y el orden interior, y depende, cómo no, de las
excelentes condiciones de vida, conservadas al detalle gracias a la
disciplina que reina en cada unidad.
En fin, si los pasos hacia la recuperación ferroviaria estuvieran
alineados en la forma de un tren, el batallón Granma-Las Tunas
podría ser locomotora del despertar del sector en esta parte de
Cuba. |