La agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, con sede en
Viena, basó sus conclusiones en entrevistas con empleados del hogar
de 28 naciones que trabajan ilegalmente en diez países de la UE:
Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia,
Polonia, España y Suecia.
El informe destacó que debido a que esos trabajadores
—generalmente mujeres— temen acudir a las autoridades, se ven
despojados de sus "derechos más fundamentales".
El informe destacó los "relatos estremecedores sobre el abuso de
los derechos fundamentales de los empleados domésticos".
Aunque no existen datos sobre cuántas personas hay en esa
situación, "una indicación de la medida en que los inmigrantes en
situación irregular son empleados en el trabajo doméstico se puede
deducir de los datos de regularización. Alrededor de 500 000
irregulares de terceros países empleados en el trabajo doméstico se
han regularizado desde el 2002 en Italia y España", apunta el
reporte.
Recomendó inspecciones de trabajo más amplias en los hogares y
aumentar las cuotas de inmigrantes donde haya carestía de esa mano
de obra.