Acueducto de Manzanillo
Salideros de insensatez y mala factura
Dilbert
Reyes Rodríguez ç
Sobre las calles de la ciudad de Manzanillo corren hoy, hacia el
mar y por miles de metros cúbicos, los desaciertos de una obra
incompleta en su ejecución y noqueada gravemente por la indisciplina
social.
Una
esquina céntrica a poco tiempo de iniciar el bombeo.
El acueducto de la segunda urbe de la provincia de Granma apenas
supera los cinco años, y si al construirse destacó como el más
moderno del país; los ríos de agua que actualmente anegan cunetas,
calles y esquinas céntricas, invalidan tal argumento.
La preocupación por tanta agua perdida sin remedio, así como
repetidos reclamos de la población —incluidas cartas a este diario—
convocaron a una mirada a las causas; las cuales, al final, van más
allá de las quejas de clientes, superan la incapacidad de respuesta
de la empresa local de Acueducto y evidencian ilegalidades que
"ayudan" indolentemente a botar casi la mitad del agua potable
bombeada.
HERIDAS ABIERTAS EN LA CALLE
Las primeras causas que Granma constató apuntan directo a
las deficiencias constructivas tantas veces criticadas en toda Cuba,
y que en términos médicos podemos denominar "secuelas del síndrome
del proceso inversionista", cuyos signos más evidentes son
descontrol de recursos, desorganización del trabajo, y falta de
rigor y exigencia.
José Antonio Leyva, delegado del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos (INRH) en Granma, afirma que esos también fueron los
problemas principales en la realización del acueducto de Manzanillo;
una obra colosal que fue responsabilidad de la Dirección Integral de
Proyecto (DIP) creada al efecto y acometida por brigadas
constructoras del INRH de varias provincias cubanas.
"A esto debemos sumar el estudio hidrogeológico de cuencas que
debió hacerse antes de la construcción y este año es cuando
terminará; los 13 kilómetros de conductoras viejas que no se
sustituyeron por estimarse con buen estado y ahora deben cambiarse;
la mitad de los 16 mil metros contadores que ya no funcionan; las
bombas nuevas para los pozos de Cuentas Claras sin instalar todavía
y otras cuestiones, que en una evaluación económica de gastos, hasta
hoy superan el doble del dinero planificado inicialmente, sin
incluir las cifras millonarias que faltan por ejecutar."
En conversación con Jorge Luis Casí, director municipal de
Acueducto y Alcantarillado, salieron otros asuntos que también
cobran caro el mal trabajo constructivo.
"La ejecución preveía rehabilitar las calles que se cortaran para
enterrar las tuberías: hormigonear la zanja en vías pavimentadas,
así como compactar con tierra blanca donde no hubiera asfalto. Eso
se hizo mal en muchos lados", inicia Casí.
"Fueron rehabilitadas solo parte de las previstas, se
pavimentaron otras no incluidas, el trabajo de acabado fue
deficiente y quedaron muchas tuberías superficiales, que de 50
centímetros bajo tierra como mínimo, están a 20 y menos. Así, el
peso de los carros destrozó los roscores (conexiones a las casas) y
hoy faltan 8 000 de estas piezas.
"Al final, quedaron nueve barrios y 126 calles de la ciudad
afectados por no rehabilitación, sobre todo en la parte alta. Esto
provocó que los arrastres de la lluvia levantaran el pavimento de la
zona baja y hoy existan muchas vías por hacer casi nuevas.
"Según lo que quedó, se planificaron inicialmente 2 100 toneladas
de asfalto para cerrar cortes y hoy esa cifra es ínfima comparada
con la necesidad actual", explicó Casí.
Otro tema, más preocupante aún, es el agua dilapidada en los
metros de tubo frente o ya dentro de la vivienda. Es ahí donde se
pierde la mayor parte del líquido.
Un sondeo del diario por varios circuitos, arrojó que son
innumerables los hogares con la punta de la tubería acodada o mal
taponeada frente a la puerta. Si necesitan un poco, quitan un
alambre o levantan una piedra y ya. No importa si el resto del
tiempo el agua va al caño.
En los repartos altos de Gutiérrez y Santa Elena, por ejemplo,
varios vecinos arguyeron que nunca les distribuyeron las válvulas de
paso y luego pulularon en el mercado oculto.
Ahora bien, ¿acaso no es irracional e insensato esperar un
esfuerzo estatal para crear las condiciones de regulación del agua
en casa? Si la economía familiar no permite una óptima red
hidráulica, ¿no es posible al menos adquirir una llave para el
extremo del tubo que llega a nuestra puerta, con un servicio vital
casi regalado?
Fue lamentable saber de familias que al venir el agua, llenan sus
pequeños reservorios y luego colocan la manguera al desagüe.
Peor aún fue escucharles decir a varios: "para eso la pago",
creyendo ilusamente que de verdad abonan el valor equivalente a
extraerla de la tierra, bombearla y al final tenerla en casa; una
posición que hoy envidian, incluso, cubanos de varias latitudes del
país, castigadas por la sequía del manto freático.
¿Quiénes creemos que serán, a la larga, los perdedores?
Jorge Luis Casí subrayó que el pago por el derroche puede ser un
gran daño muy a la corta. "Por estas y otras pérdidas, fuera de la
primavera sobreexplotamos las cuencas, las cuales incluso se
salinizan y esta precariedad nos obliga a extender el ciclo de
entrega hasta cinco y seis días en la parte alta".
DEL POZO A LA CIUDAD
La zona urbana de Manzanillo es la parte más visible y pública
del derroche; pero aunque los especialistas confirmaron que cerca y
dentro de las casas es el despilfarro mayor, Granma siguió a
campo traviesa el hilo de las conductoras rumbo a las cuencas y
comprobó otras realidades igual de lamentables y punibles.
Ya advertidos por los ejecutivos de Acueducto, vimos las huellas
del delito sobre la conductora. Las ventosas, sistemas destinados a
extraer el aire de la tubería central, son violadas por
inescrupulosos que las rompen y las convierten en gigantescos
manantiales para bañar caballos y perros, lavar bicicletas, regar
fincas, dar de beber al ganado y hasta usarlos como piscinas en
tiempos de calor.
"Las ilegalidades reiteradas y las pocas o inexistentes piezas de
repuesto, nos obligan a sellar algunas y elevar el riesgo de las
tuberías reventadas en la urbe por la presión del aire", explica
Casí.
José Antonio Leyva agregó a este rotativo que un reciente
recorrido por Manzanillo contó 25 vaquerías, 18 huertos, 2
arroceras, 14 cochiqueras, 32 ovejeras y otras entidades no
autorizadas, malgastando el líquido potable bombeado, "y si solo una
vaca consume al día 150 litros, ¿cuál será la cifra total perdida en
esas violaciones?", reflexionó.
Benito Santiesteban, operador de la estación de inyección de
cloro gas a la conductora, da fe de las innumerables acciones contra
el sistema en el tramo rural; desde la quema de monte que derrite el
plástico más grueso de los componentes, hasta las perforaciones y
cortaduras al tubo; o peor aún, a la manguera del cloro gas,
"descubierta accidentalmente por un buldózer, y hasta el momento de
la investigación, todavía sin la tapa de hormigón."
"Además, antes hubo un custodio a caballo para vigilar la
conductora hasta Cuentas Claras; pero luego se suspendió por alguna
cuestión y las violaciones han tenido un alza", apuntó Benito.
Si importante es destacar este rosario de calamidades, mucho más
lo es preguntarse ¿y quiénes debieron y deben actuar con toda la
autoridad y el peso de la ley sobre estas barbaridades que ponen de
manifiesto que lo peor es admitir la impunidad?
UN ANÁLISIS NUEVO
Otras causas, traducidas también en fuga al mar de agua potable
bombeada, quedarían por analizar, pero lo importante es que hay un
programa para hacerles frente a tantas irregularidades y hacer las
cosas correctamente, tal y como se ha estado haciendo ahora en
Santiago de Cuba.
La situación descrita ha sido estudiada por la nueva dirección
del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos; la cual respondió a
Granma que, "de acuerdo con los planteamientos captados y las
quejas de la población de esa ciudad, se conformó recientemente una
comisión de trabajo del organismo para revisar todo lo que afecta el
servicio de abasto y las deficiencias asociadas a los problemas de
ejecuciones incompletas en el acueducto".
Las autoridades reafirmaron que en la inversión faltó
integralidad desde la concepción inicial y en su ejecución
posterior, y por esas deficiencias se adoptaron las medidas
disciplinarias pertinentes.
"Se ha dado inicio a la ejecución de acciones para solucionar las
dificultades identificadas y se han incluido las mismas en los
planes de la economía a lo largo del quinquenio; abarcando así la
continuidad de la rehabilitación y el completamiento de la
infraestructura para concluir la obra de forma integral".
Finalmente, agregaron que "como un objetivo importante a alcanzar
está lograr la participación de la población en los trabajos
asociados a los distintos sectores hidrométricos, para vincular la
misma al cuidado, protección y conservación de tan importante
inversión".
En fin, aquí todo depende del hombre. Como es una cuestión
urgente, ya están en curso acciones que permitirán corregir
ordenadamente las deficiencias constructivas; pero no olvidemos que
también es asunto de emergencia poner remedio a la insensatez humana
expresada en el despilfarro y la indisciplina, no vaya a ser que muy
pronto Natura nos cobre con tuberías secas la irracionalidad. |