Dinamarca refrendó con apoyo del Parlamento el proyecto de
restituir los controles fronterizos en los límites con Alemania y
Suecia, alentado por conservadores y la extrema derecha en contra de
la inmigración.
Con los votos de la coalición gubernamental de liberales,
conservadores y el nacionalista Partido del Pueblo Danés, la
iniciativa legislativa cobró legitimidad sin apenas pasar por un
debate amplio entre las fuerzas políticas del país.
Dinamarca se convirtió en el primer estado europeo en convertir
en ley la propuesta de modificación del Tratado de Schengen, vigente
desde 1995 en la Unión Europea, apoyada por Francia e Italia, con el
pretexto de combatir la inmigración ilegal hacia el continente.
Así todo, el debate en el espacio comunitario tiene matices,
sobre todo, por la cautela que expresa España y otras naciones en
relación con las restricciones a la libre circulación de los
europeos, uno de los pilares de la integración en el Viejo
Continente.
El tema cobró fuerza en la reunión de mayo a nivel de ministros
de Interior y de Justicia, en la cual Roma y París apoyaron la
propuesta danesa, junto con Holanda y Bélgica.
Alemania instó este viernes a Copenhague a cumplir
irrestrictamente el Tratado de Schenguen y a respetar el tránsito
fronterizo entre los dos estados.
La medida unilateral prevé la instalación de puestos permanentes
de control y el despliegue de agentes aduanales suplementarios en
los pasos.
El ministro danés de Integración, Soren Pind, dijo que los
controles de fronteras impedirán que se lleven a cabo actividades
criminales.
La UE acordó a mediados de junio una ligera modificación a la
normativa con una cláusula que permita la reposición de controles
internos en circunstanciales excepcionales, dio a conocer Prensa
Latina.